La prevaricación de Sisamnes

judge signing on the papers

La primera vez que leí lo que había sucedido con el Juez Sisamnes, no hice mucho caso a la historia, sin embargo, a medida que he ido teniendo conciencia de la enorme responsabilidad que debe asumir un Juez, ha sido más interesante estudiar a fondo la información que quiso transmitir Herodoto, cuando hace referencia en su historia lo que hizo Cambises II de Persia cuando conoció el caso del Juez Corrupto. La historia ha sido contada a través de varias generaciones de escritores, juristas e historiadores.

En resumen Sisamnes era un Juez de real en el reinado de Cambises II, éste al descubrir que el juez había recibido sobornos para dictar una sentencia injusta, ordenó su juzgamiento y fue condenado a ser despellejado,  con su pellejo se tapizo el sillón donde debía sentarse el Juez que ocupara su lugar, cuyo próximo juzgador resultó ser Ótanes, hijo de Sisamnes. 

El mensaje fue contundente a Ótanes, cada vez que deba tomar una decisión, recordarás que estás sentado sobre el pellejo de su padre, por haber dictado una sentencia injusta a cambio de prebendas. El efecto disuasivo que produce semejante acto del rey es evidente, para cualquiera que ostentara la posición de Juez, no solo para el hijo de Sisamnes. Es que la posición de juzgar, es sagrada, las personas deciden no tomar la justicia en sus manos, por la confianza que depositan en personas que se supone probo al momento de decidir un conflicto sometido a su competencia. 

Quien ha tenido la oportunidad de interactuar en el sistema de justicia dominicano, sabe que ha avanzado bastante respecto al decoro y la probidad de los jueces que lo componen, pero también es harto conocido que aún se dictan decisiones injustas, no necesariamente por prebendas, sino por otras razones tan dañina para el sistema de justicia, como la corrupción. No solo es corrupción tomar decisiones por razones económicas, también lo es por amiguismo, presión social o política. De ahí la gran responsabilidad que tiene una persona que decide escoger la judicatura como profesión. 

No creemos que sea necesario llegar al extremo de despellejar algunos jueces y tomarlo para tapizar los asientos de los tribunales. Pero debemos seguir avanzando hacia una justicia más justa y para ello es necesario que el juzgador sienta que pueden ser juzgados y sancionados por sus conductas. Prevaricar es un acto deleznable. Quién confía en llevar su conflicto a un tribunal, está depositando en la justicia su libertad de escoger quien debe resolver su problema y adjudicar a quien tenga la razón jurídica, por eso cada decisión envuelve derechos de personas que han decidido no tomar la justicia en sus manos.

Los jueces como parte del sistema de justicia, deben ser personas que antepongan sus intereses personales para favorecer a quienes tengan de su lado la razón, antes que a las presiones sociales o políticas. No se compadece con lo justo, cuando a sabiendas se emiten decisiones en contra de los principios y valores que deben adornar un juzgador. La sociedad necesita que se levante el Cambises II de la ley, para perseguir, juzgar y sancionar a los Sisamnes de estos tiempos. En su lugar nombrar Ótanes que recuerden en qué silla están sentados. 

El elemento disuasivo siempre puede ser el remedio más eficaz para enderezar las conductas desviadas. No sabemos cómo culminó la  carrera judicial de Ótanes, pero es casi seguro que cuando pensaba lo que le había pasado a su padre, por lo menos no deseaba culminar su carrera como aquel. Las garantías son para los ciudadanos, no para los delincuentes, pero cuando no se respetan las mismas a los supuestos delincuentes, tampoco se respetaran a los ciudadanos decentes. Y precisamente la violación a las garantías procesales son parte de la corrupción que debemos erradicar de la mente de los juzgadores, porque emitir una decisión violentando garantías es un delito, tal cual lo comete el delincuente común. El Juez solo debe estar apegado a la ley, salir de ese marco a sabiendas, es tan ilegal como cometer cualquier otro delito. 

La disuasión es un elemento fundamental para encaminar las conductas desviadas,  lo fue con Ótanes y puede ser con los jueces actuales. Vamos a sentar a los hijos de Sisamnes en el pellejo de su padre para que recuerden cuál es su deber. 

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