¿Qué ha pasado con los fiscales electorales en República Dominicana? (2-3)

Durante el proceso en que participaron los principales partidos políticos de la República Dominicana, para la selección y escogencia del Fiscal Electoral que habría de perseguir e instrumentar los expedientes relativos a los delitos y crímenes electorales; luego de tres (3) años de selección y que el Ministerio Público anunciara la formación en temas electorales, de aproximadamente cincuenta (50) fiscales electorales, al día de hoy cuando faltan diez (10) meses para las elecciones municipales, no se sabe nada, acerca de: su estructura, recursos humanos, económicos, tecnológicos, etc.

Esta situación, nos llama la atención tomando en consideracion que el Partido Revolucionario Dominicano (PRM), en el marco de las reuniones realizadas por el Consejo Económico y Social (CES); cuando estaba en la oposición y durante el proceso de selección del fiscal electoral, fue muy vehemente al pedir no solo la escogencia de un fiscal independiente, sino que reclamaba que había que dotarlos de los recursos necesarios para que pudieran realizar sus funciones.

En este contexto, como resultado de las reuniones del CES y por recomendaciones de este organismo de consulta, el Consejo Superior del Ministerio Público (CSMP) escogió a Gisela Cueto como procuradora interina de la Procuraduría Especializada de Delitos Electorales. Ademas , el CSMP decidió nombrar un fiscal electoral interino para las elecciones de febrero y mayo del año 2020.

Sin embargo, hoy el PRM esta en el gobierno, si la memoria no me falla no se ha escuchado hablar de este tema. Dada esta situación, aquí aplica muy bien el refrán popular que dice “una cosa es con guitarra y otra con violín”, cuando se está en la oposición se pregona a los cuatros vientos: independencia del Ministerio Público, fortalecimiento de la institucionalidad, consolidación de la democracia, transparencia, rendición de cuentas, calidad del gasto, control y fiscalización de los fondos públicos, fomento de la participación ciudadana, etc. No obstante, cuando se llega al poder, estas palabras resultan impronunciables.

En este contexto, en la actual coyuntura política que vive el país, hay una maravillosa oportunidad para dejar atrás las malas prácticas de compra de cedulas, delegados, y todas las situaciones que los partidos políticos cuando están en la oposición alegan de manera recurrente en todos los procesos electorales.

En síntesis, si dotamos a los fiscales electorales de las herramientas y los recursos necesarios para que realice con independencia sus funciones de investigar, perseguir y acusar ante los tribunales penales a las personas físicas o jurídicas por la comisión de delitos y crímenes electorales; estaríamos contribuyendo de manera significativa al fortalecimiento de la democracia, la institucionalidad y la consolidación del sistema de partido en la República Dominicana.

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