Al diablo la cruz y el código penal al delito: dos falacias  

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Las sociedades siempre han tenido sus formas de exorcizar los males. Las creencias tienen sus méritos y sus desaciertos. El hecho de entender que la Cruz como símbolo religioso puede alejar los malos espíritus, ha servido para que muchas personas logren salvar sus vidas o al menos no sufrir tormentos, al entender que con sólo mostrar o andar con una cruz están a salvo del mal. El símbolo de la cruz es un referente en varias religiones, tanto que, muchos feligreses andan con su cruz a cuesta para salvar su alma. El diablo le huye a la cruz, falacia o no, se tiene la creencia de que con solo mostrar la cruz  alejamos a satanás.
Del mismo modo desde la perspectiva científica; la sociedad, políticos y funcionarios, venden la idea de que las leyes penales espantan el demonio de la delincuencia. Ese sentimiento de inseguridad que producen los hechos de violencia y delincuencia, son los elementos que toman muchos ciudadanos y políticos para exacerbar el ánimo de que solo con la aprobación del Código Penal se puede lograr reducir o enfrentar la delincuencia y la violencia.
Los acontecimientos delincuenciales y la violencia que hemos vistos en los últimos días en la República Dominicana, especialmente aquellos casos mediatizados, ha servido para que abogados, legisladores, políticos y la ciudadanía en sentido general, pida a gritos la aprobación del Código Penal que cursa en el congreso. A partir de la muerte de cuatro personas a manos de un agente policial, la muerte de un animador deportivo a manos de un exdirector de la Dirección Nacional de Control de Drogas y otros acontecimientos violentos, la sociedad pide a gritos que aprueben leyes penales más drástica y sobretodo que el Código Penal sea aprobado y promulgado.
Quizás pretendiendo que tal como se le presenta la Cruz al diablo para que desaparezca o no pueda hacer daño, al presentar el Código Penal a las personas que cometen los delitos se amedrentaran o saldrán despavoridos sin cometer el delito. Nada más absurdo que eso, dado que así como el diablo sigue existiendo y llevando las gentes al infierno, así mismo independientemente de las leyes que contengan penas drásticas y desproporcionadas, ningún autor de delitos dejará de hacerlo a causa de las leyes.
La delincuencia y la violencia tienen sus raíces estructurales en la misma sociedad, es esta última la que necesita ser analizada, estudiada y organizada de forma que sus órganos y estructuras sociales estén educadas para la paz. Pretender lograr la paz a través de la promulgación de leyes penales, es lo mismo que pretender detener al diablo mostrándole una cruz. Ambas son falacias que los líderes políticos y sociales han pretendido vender como la solución al problema. Las sociedades no resuelven sus problemas a través de la magia. Solo con determinación, organización y trabajo se logra erradicar un problema social de tal envergadura como la violencia y la delincuencia, lo demás es solo ilusión.
Mientras se pretenda curar un cáncer que ha hecho metástasis en la sociedad como la violencia y la delincuencia, con parches, se está tratando de dar calmantes a un dolor que solo se puede enfrentar con quimioterapia, para luego aplicar la radioterapia que permite extirpar el cáncer de manera definitiva. Dado que las leyes solo reaccionan una vez el mal se ha producido. Busquemos la solución en los medicamentos esenciales, que son las acciones preventivas, como la educación en


valores y principios. Si dejamos que el cáncer haga metástasis, será  necesario llegar a terapias extremas, para lograr resultados positivos,  en fin extirpando los órganos afectados, que por lo general están en los mismos cimientos del Estado. El Código Penal no resuelve el problema del delito, así como la cruz no ha hecho desaparecer al diablo.


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