VACUNA CONTRA LA IGNORANCIA

A propósito de la importancia de la educación a la sociedad para que entienda la importancia de vacunarse contra la Covid-19, parecería que debemos educar también para vacunar de forma colectiva a nuestra sociedad contra la ignorancia, así lograríamos doble efectos, convencer a los dominicanos de que las vacunas son algo común en ciencia para combatir enfermedades pandémicas como la Covid-19 y de paso lograríamos darnos cuenta que estamos siendo vilmente engañados por un grupo de ¨Empresarios¨ de los famosos juegos de azar.

La República Dominicana se ha convertido en una sociedad ludópata, los juegos de azar inician desde temprana horas de la mañana, hasta muy entrada la noche. Se juega todos los días y a todas horas, tanto es así que se juega con la inteligencia de las personas. Desde  apuestas en gallos, béisbol, basquetbol, hockey, carrera de caballos,  carros, motores, hasta corridas de burros de una y cuatro patas,  las apuestas o juegos de azar son parte esencial de las conversaciones diarias en los pueblos y barrios de toda la geografía nacional.

Esa ludopatía ha conseguido que empresarios de los juegos de azar hagan fortunas a costa de la adicción de los dominicanos. Nos hemos convertidos en tan asiduo al juego, que aun conociendo las trampas y engaños seguimos con denuedo jugando. Es que en un país con deudas sociales tan grandes, solo el juego hace nacer la esperanza de resolver de un golpe todos nuestros problemas. Ese elemento es precisamente lo que aprovechan los empresarios de las apuestas.

Ahora bien, los escándalos bochornosos en los que se ha visto envuelta la Lotería Nacional Dominicana, es para que ningún jugador confié en la transparencia de esa institucional. Por eso para  rescatar la credibilidad en la institución después de varios escándalos públicos-los escándalos ocultos son peores que lo que conocemos-se recurrió a la innovadora idea de que los bolos premiados en los sorteos fueran extraídos del globo por personas no videntes. Rareza que los no videntes haya que ponerle un paño cubriéndoles los ojos, pero al menos llevan una certificación de que son ciegos. También la institución en los sorteos certifica que “el número extraído es correcto”, por lo que los ciegos también deben ser correctos.

Pero precisamente el último de los escándalos fue escenificado cuando un “ciego” hizo creer que saco el bolo ganador, sin embargo, se evidenció que en la Lotería Nacional es “ciego aquel que no quiere ver”.  

Parece haber una fuerte competencia entre los “empresarios” de los juegos de azar que ha erosionado la ya maltrecha credibilidad en la institución, cada grupo trata de imponer en la administración alguien que responda a sus intereses. El poder político a través de congresistas-Senadores y Diputados-dueños de bancas de apuestas, se distribuyen las ganancias, pero no los escándalos.

Tan mal elegimos que para el Congreso Nacional es mucho más importantes los permisos que otorga hacienda para abrir nuevas  bancas de apuestas, que la aprobación de una norma tan relevante como el Código Penal, el cual lleva más de 15 años en los pasillos del edificio de los senadores y diputados.

Habrá que determinar quiénes son los verdaderos ciegos en la República Dominicana, si los que llevan a sacar el “premio mayor” en la inmensa cantidad de sorteo diarios que tiene la lotería, o la población que elije unos políticos para que los represente y gobierne sin tomar en cuenta en lo más mínimos sustrato ético del elegido.De la frase de George Orwell “Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y traidores, no es víctima, es cómplice”. Podemos concluir que la vacuna que necesitamos los dominicanos es más contra la ignorancia, que contra la covid-19.

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