¿Relevo Político?
|El relevo que la política dominicana necesita no es solo generacional, pues la juventud por sí sola no es un factor determinante de cambios que promuevan la institucionalidad. Se requiere una nueva cultura política que destierre la mediocridad, la corrupción y el clientelismo.
No se logra mucho en términos de avances para el país si los jóvenes “relevos” asumen en los partidos y en el gobierno, la misma lógica que sus antecesores: desde los trapos sucios se lavan en casa, hasta las guerras faccionales animadas por meras apetencias personales de ascenso.
El relevo político en país debe partir de la redefinición del pacto social y la cultura política. No puede ser que se discutan más las reformas instrumentales de la política, que las requeridas para las transformaciones sociales y económicas de impacto directo en la población.
Si el relevo político no comprende su rol meramente instrumental para el logro de objetivos beneficiosos para la ciudadanía, es poco lo que puede esperarse en términos de cambios sustanciales. A lo mucho nuevos rostros con ropajes de modernidad repitiendo lo que siempre se ha hecho.
El relevo que requiere la política dominicana es posiblemente más paradigmático que generacional, pues en todos los partidos hay personas que son referentes indudables de moralidad y pueden aportar mucho en un diálogo generacional que aborde los retos del presente y el porvenir.
El relevo político debe mantener la mayor apertura posible para dialogar abiertamente con los diversos y heterogéneos sectores de la sociedad preocupados por el bienestar del país, pues la agenda de la “res-pública” no puede ser trazada desde unos pocos centros de interés social.
El relevo político que se requiere no es personalista. Más que “un(a)” líder, se necesita un acuerdo colectivo de nación que pueda ser impulsado con alternancia sin mayores traumas: la promesa del “Estado social y democrático de derecho” de la CRD debe ser el punto de partida.