Operación falcón y la cosa nostra

La mafia siciliana, mejor conocida como la Cosa Nostra, tiene un origen peculiar según la historia que de ella se cuenta. Se dice que el cambio social que representó pasar del feudalismo a la sociedad capitalista, dejó un vacío de poder en las ciudades estado representadas por el señor feudal, que degeneró en la creación de grupos que se dedicaban a proteger a los productores de los robos de sus cosechas.


Lo anterior provocó que al Estado crecer y concentrar el poder, los ejércitos que tenían los señores feudales fueron disueltos, por tanto la protección de los señores feudales y sus feudos pasó a ser responsabilidad del Estado Nacional, pero el Estado no tenía las condiciones para cumplir con esa responsabilidad, lo que provocó que ese vacío fuera llenado por grupos que lentamente fueron acaparando la protección de los comerciantes, los cuales a cambio de coimas ofrecían protección y seguridad a sus propiedades.

Esos grupos fueron acrecentando sus dominios que pasaron a ser más fuertes que el Estado en los lugares donde operan, es decir, disponían quién debía pagar por protección, cuánto y cómo. Es así, que esos grupos de familias se convirtieron en una necesidad en los lugares donde el Estado no cumplía su rol de protección de la sociedad. Por ende, evolucionaron hasta convertirse en tan poderosos que disponían incluso quienes serían las autoridades del estado en los lugares de sus dominios.

Es paradójico que quienes deben perseguir los actos delincuenciales debían aliarse con los delincuentes para poder sobrevivir en sus puestos, ese es el escenario que nos dejó la Cosa Nostra, pues los policías, jueces, fiscales y ministros, debían complacer los miembros de la mafia, de lo contrario perdían sus puestos o sus vidas y la de su familia. Tanto poder llegó a acumular la mafia siciliana que dispuso de la vida de muchos funcionarios del Estado Italiano, cuando éste quiso enfrentarla, siendo uno de los casos más conocidos la muerte del Juez Giovanni Fancone, muerto el 23 de mayo del año 1992.

Conocer esa historia es importante para analizar los acontecimientos sociales actuales, dado que, hemos visto un desbordamiento del poder del crimen organizado, que en ocasiones podemos pensar que están llevando un vacío que debe llenar el Estado. Pero la incapacidad en cumplir con su rol, hace que las organizaciones criminales sean cada vez más poderosas en los lugares de sus dominios y llegan a cubrir las necesidades que debería llenar el Estado.

En la sociedad dominicana el crimen organizado está penetrando a niveles políticos y militares que dejan mucho que pensar sobre el nivel de complicidad que las autoridades tienen con las mafias. Es casi imposible que una estructura delincuencial se mantenga operando durante tanto tiempo, manejen tanto recurso y poder sin que las autoridades del Estado formen parte o al menos desconozcan de su existencia.

Al parecer, existe un vacíos institucionales en las responsabilidades que debe asumir el Estado que está llenado por el crimen organizado y los delincuentes barriales, que debemos poner atención, antes de que tengamos que vivir lo que vivió la Italia de los años 80 y 90 cuando quiso enfrentar las organizaciones criminales de la Cosa Nostra. 

La Operación Falcón, debe ser tomada como parámetro, pues cuando el juez  Falcone fue asesinado en el atentado con explosivos en Palermo, Italia, había llegado a enjuiciar unos 40 jefes de familias mafiosas y alrededor de 400 cómplices de dichas familias, entre los que había personas de todas las esferas sociales de Italia. El juez Falcone pagó con su vida, pero sentó un precedente de lucha en contra de las mafias que operaban en Italia con relativa impunidad hasta ese momento.  Sí el Estado Italiano hubiese cumplido con sus responsabilidades en su momento, la Cosa Nostra no hubiera llegado a convertirse en un grupo con tanto poder. Es responsabilidad del Estado frenar el auge de la Cosa Nostra dominicana.

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