Nota cultural–Día Mundial del Urbanismo

Hoy, 8 de noviembre, es el Día Mundial del Urbanismo, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1949, por iniciativa del urbanista argentino Carlos María della Paolera, con el objetivo de: “Promover el papel de la planificación en la creación y manejo de comunidades urbanas sostenibles”.

El término «urbanismo» procede del latín “urbs”, que significa ciudad. Originalmente se refería a la llamada capital del mundo romano, Roma. El diccionario de la Real Academia Española define dicho término como, cito: Conjunto de conocimientos relacionados con la planificación y desarrollo de las ciudades”. En realidad, el urbanismo es una disciplina muy compleja, que aglutina un conjunto de conocimientos fundamentales, asociados con la construcción y la preservación de las ciudades, así como los vínculos y las relaciones socioeconómica-ambientales y demográficas que se desarrollan en los territorios urbanos.

Termino esta nota con un pensamiento de Jane Jacobs: «No hay ninguna lógica que pueda ser impuesta a la ciudad; la gente la hace, y es a ella, no a los edificios, a la que hay que adaptar los planes».

Hoy, 8 de noviembre, es el Día Mundial del Urbanismo, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1949, por iniciativa del urbanista argentino Carlos María della Paolera, con el objetivo de: “Promover el papel de la planificación en la creación y manejo de comunidades urbanas sostenibles”.

El término «urbanismo» procede del latín “urbs”, que significa ciudad. Originalmente se refería a la llamada capital del mundo romano, Roma. El diccionario de la Real Academia Española define dicho término como, cito: Conjunto de conocimientos relacionados con la planificación y desarrollo de las ciudades”. En realidad, el urbanismo es una disciplina muy compleja, que aglutina un conjunto de conocimientos fundamentales, asociados con la construcción y la preservación de las ciudades, así como los vínculos y las relaciones socioeconómica-ambientales y demográficas que se desarrollan en los territorios urbanos.

Termino esta nota con un pensamiento de Jane Jacobs: «No hay ninguna lógica que pueda ser impuesta a la ciudad; la gente la hace, y es a ella, no a los edificios, a la que hay que adaptar los planes».

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