La insoportable irresponsabilidad del poder

 

Conocí a Milán Kundera justo el día que dejó el mundo de los vivos para pasar a la inmortalidad por su obra. Es así como, en mi ignorancia de muchas cosas, estaba el desconocimiento de un escritor multifacético de la República Checa que había producido de forma exitosa muchas obras que habrán de sobrevivirle para la posteridad. Con su muerte empecé de forma leve a conocer su obra, quizás la que más trascendencia ha tenido se titula “La insoportable levedad del ser”. No tengo elementos de juicio para analizar su obra, pero he podido entender que su análisis se refiere a cuestiones filosóficas de la propia existencia humana.

Simultáneamente a la muerte de Kundera, tuvo una aparición repentina, gracias a la invaluable capacidad de las redes sociales, un juez que, en el ejercicio del poder punitivo del estado, puede decidir entre dos posibilidades antagónicas, castigar a un culpable o dejar que el mismo siga cometiendo actos reñidos con la ley penal. Estos dos acontecimientos, disímiles al parecer, nos llevan a la misma conclusión, sería insoportable cualquier acontecimiento de la vida, sea bueno o malo, si el mismo se repitiera eternamente.

De manera que soportamos muchas cosas en la vida porque ineludiblemente las mismas no serán para siempre o al menos las veces que se repitan no se convertirán en algo inmutable en el tiempo. Sin embargo, en el episodio que tiene que ver con la aplicación de la consecuencia jurídico-penal a un individuo que ha violentado la ley, según la narrativa del juez a cargo del caso, es con frecuencia cometido el mismo acto por el órgano acusador en cuanto tiene que ver con su responsabilidad en la investigación penal.

Es aquí cuando la famosa obra “La insoportable levedad del ser”, se une a lo que el juez denominaba, la irresponsabilidad del poder. Sostiene el magistrado en la audiencia que está celebrando, haciendo acopio de una máxima social y política que todo el que tiene un gran poder, encierra también una gran responsabilidad. Refiriendo la institución encargada de perseguir las infracciones a la ley penal, dice que tiene un gran poder, pero que, en ejercicio de este, no hace honor a la responsabilidad que implica ese poder. Dicho accionar es repetido en tiempo hasta llegar a lo insoportable.

Parece ser, tal como sucede en nuestro país, que el Ministerio Público, dueño de un poder extraordinario en contra o a favor de los ciudadanos, reitera en forma permanente comportamiento que se convierten en algo insoportable, para cualquier sujeto que sea parte de un proceso penal e incluso para el juez que debe ser un tercero imparcial. Esa irresponsabilidad se manifiesta según el magistrado en que sabiendo que ha solicitado al juez una medida de coerción extrema como la prisión preventiva, pasado diez meses se presenta ante el mismo juez, con los mismos presupuestos a pretender que la persona siga en prisión. 

La insoportable irresponsabilidad del ejercicio del poder por parte del ministerio público no es algo fortuito, es una conducta reiterada que el juez harto de la misma se dispone a expresar a la víctima las razones por las que su verdugo quedará en libertad. Explica en ese sentido la historia de la gran responsabilidad que conlleva tener un gran poder. De cuyo poder dependen derechos tan importantes para los seres humanos, como la libertad para el imputado o el derecho a que se proteja su integridad para la víctima, sin embargo, cuando finalmente un juez toma la decisión correcta, las críticas caen sobre él, no sobre quien utilizó el poder de forma irresponsable.

El poder que ostenta el Ministerio Público en cualquier sociedad significa una gran responsabilidad. Investigar objetivamente y cuando las pruebas incriminan acusar, pero también cuando no existan elementos para sostener una acusación derivar las consecuencias naturales del proceso, archivar o desestimar cualquier acusación que no esté sustentada en pruebas certeras.

La reiteración constante del mismo patrón de conducta es lo que hace insoportable la irresponsabilidad del poder que tiene el Ministerio Público.

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