La dignidad de los cadáveres: en manos del Grillo.

 

Cuando se habla de dignidad humana debe ser algo excelso, en virtud de que es el principal atributo que debe tener un ser humano, incluso después de morir. De ahí que la afectación de la dignidad trasciende la vida del ser humano para seguirlo después de la muerte. Cuando muere un ser querido causa un pesar en nuestra vida que en la mayoría de los casos deseamos que el cuerpo inerte tenga un trato digno, en ocasiones más importante que el que le dimos en vida.

La alarma causada por el descubrimiento de seis cadáveres de recién nacidos (neonatos, niños o recién nacido), independientemente de la edad que tuvieran al momento de fallecer es un acto que violenta la dignidad humana. Dignidad que abarca al ser humano, sin importar que esté vivo o muerto, no hay diferencia en el concepto, como en otros derechos humanos que solo le pertenece a los seres humanos vivos. Atentar contra la dignidad del ser humano, aún después de muerto es un acto deleznable.

Sin embargo, lo que ha suscitado el descubrimiento de los cadáveres es aún más dantesco, pues de las declaraciones de los tres agentes que participaron en tan bochornoso acto, las conclusiones a la que podemos llegar son aún más escalofriantes. Pues, ahora pareciera que nadie tiene responsabilidad de lo que paso con los cadáveres, cada uno de los envueltos acude a excusas para endilgar la falta a otro: el hospital lo entregó a la funeraria a partir de un acuerdo, la funeraria lo entregó al chofer y éste a su vez al grillo, quien no recibió los cadáveres. En fin, nadie es responsable.

Paradójico es el hecho de que la dignidad de los cuerpos sin vida de unos niños se ponga en manos de un personaje apodado Grillo (Hilario Pascual), debido a que este insecto tiene hábitos nocturnos y precisamente parece que la actividad del personaje se realizaba a escondida de la luz, pues las autoridades del ayuntamiento a cargo de quienes están los cementerios municipales supuestamente no sabían la actividad que realizaba el denominado Grillo. Parece que ciertamente al igual que el insecto realiza la mayor parte de su labor en la oscuridad, tal como viven los grillos en las madrigueras.

Pero eso no es lo peor del caso, sino que el hecho de que no exista registro en el cementerio de la actividad que realizaba el grillo, es un asunto para preocuparse, dado que quienes hemos tenido la experiencia de llevar un difunto a su última morada sabemos las exigencias que realizan las autoridades municipales encargadas de los cementerios para permitir el ingreso y entierro de un difunto.

Entonces parece que a falta de registro en el cementerio, en la funeraria y las declaraciones del hospital donde fallecieron los infantes, se trata de seres humanos que sus condiciones económicas, sociales y raciales le impiden acceder a derechos humanos elementales como la dignidad.

En la forma que las autoridades tratan el caso, es posible que todas estas violaciones a la dignidad humana, pase por ser solo un escándalo sin consecuencias, dado que el único arrestado hasta el momento es el grillo, el eslabón más débil de la cadena. Habría que ir más allá del sepulturero para escarbar en la madriguera del grillo y obtener informaciones más relevantes para la protección de la dignidad humana.

El trato inhumano a estos cadáveres de niños debe ser investigado a profundidad, no basta con apresar una persona que para un observador objetivo es claro que realizaba esa misma actividad con más frecuencia de la que relata el hallazgo actual, pero también es importante conocer cuál es el trato que le dan las autoridades del hospital a los niños fallecidos, qué elementos envuelven el contrato con la funeraria, quién debió darles sepultura legal a esos cadáveres. Faltan muchas respuestas a esas preguntas que deben responder otras personas que no sean el grillo.

Facebook Comments