El Triunfo de la Eñe.


Hugo Pazos, Perú.

En el idioma español
la eñe es muy importante
y en todo computador
debe ser una constante.

Tan importante es la eñe
que sin ella yo no sueño
y, aunque te parezca extraño,
ni me estriño ni me baño.

Aunque sin eñe no hay daño,
resultaría dañino
que nos faltara el empeño
y no existiera el cariño.

No verías a mi limeña
con su linda piel de armiño,
tampoco habría cabañas
para albergar a los niños.

Sin eñe yo no te riño,
aunque tampoco regaño
y mira que no te engaño,
si te digo que te extraño.

Sin beber un vino añejo
en una criolla peña,
¿que gracia tendrá el mañana?

¿Acaso habría buñuelos
o chuños para la niña,
como los hacía la abuela
con sus trocitos de piña?

No existiría el otoño
sin la eñe en nuestras letras
y tampoco habría moño,
donde prender las peinetas.

Habría sido muy extraño
que Bill Gates no la pusiera,
¡quedaría como el tacaño
más grande de todo el año!

Bueno, basta de regaños
porque ya me vino el sueño
y aunque pongo mucho empeño
los ojos no me acompañan.

Termino pidiendo a todos
los que hablan el español,
defiendan la Eñe… ¡coño!,
que así el idioma es mejor.

Si no existiera la Eñe,
¿cómo quedaría el «Feliz Año»
o cómo imperativamente se pronunciaría «Cumpleaños»?

*Tomado de la Red.

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