Nota cultural –Recordando a San Agustín
|Un día como hoy, 13 de noviembre del año 354, nació Aurelius Augustinus Hipponensis (Agustín de Hipona), en Tagaste, hoy Souk Ahras, Argelia, África. Fue el pensador más brillante, y el de mayor influencia del mundo cristiano durante el primer milenio; sus obras y pensamientos siguen vigentes en varias iglesias cristianas, como: La católica, la ortodoxa y las protestantes. Además, fue un escritor muy prolífero, su principal obra es su autobiografía “Confesiones”.
Agustín de Hipona, desde pequeño se interesó en el estudio de la filosofía y las letras; fue un apasionado por la poesía y la retórica. Estudió en Cartago, donde recibió una gran influencia de los pensadores griegos, que lo llevaron a una búsqueda insaciable de la verdad, por lo que cambió de escuelas en varias ocasiones. Al no encontrar respuesta a sus grandes interrogantes, abrazó el maniqueísmo, pero seguía sin respuesta, y decidió irse a Roma, donde finalmente encontró respuestas a sus preguntas y dudas. Su conversión al cristianismo se produjo en Milán, donde el Obispo Ambrosio le recomendó que leyera los sabios escritos de Plotino y las cartas de Pablo de Tarso (San Pablo). El cambio de Agustín fue tan significativo que se opuso a las herejías que se encubrían en el Pelagianismo y a las sin razones del Maniqueísmo, y proclamó un nuevo concepto de salvación; para él la salvación es pura gracia del amor gratuito de Dios, y toda persona debe ser acogida sobre la base del perdón, sin importar su historia. Al pasar el tiempo, Agustín fue canonizado y declarado “Doctor de la Iglesia”.
Termino esta nota con un pensamiento de San Agustín, cito: “La Fe es creer en aquello que no se ve; la recompensa de la Fe está en ver lo que crees.”