¡Madres solteras que dan luz! No paren delincuentes.

En esta oportunidad quiero prestar mi espacio a una hija de Madre soltera. Paula Ordaliz García Cuevas quiere expresar con sus palabras, las expresiones del Director de la Policía Nacional.

El día que el “jefe” dijo que no aceptaría en las filas de la “inmaculada” institución que dirige los hijos de las madres solteras, me sorprendí como gran parte de la sociedad. Precisamente, en esa semana nos embargaba la nostalgia del 25 de noviembre. Día de la no violencia contra la mujer, además de la  conmemoración de los 61 años del asesinato de las hermanas Mirabal. De inmediato me embargó la idea de que el pensamiento de la clase política no ha cambiado en nada desde la época de Trujillo hasta la fecha.

Nuestros pensamientos se presentan en la corteza cerebral y no tienen vida hasta que lo expresamos. El aforismo jurídico “el pensamiento no delinque” es fruto de ello. Sin embargo, es claro que cuando lo exteriorizamos a través de la palabra, solo falta la acción para concretar aquello que hemos ideado. Por tanto, cuando hablamos, ya hemos pensado, quizás no con el nivel de razonamiento que se utiliza para  engañar a los borregos que cada cuatro años los elegimos, pero se ha manifestado lo que realmente se siente en el fuero interno.

A partir de esa premisa debemos analizar las palabras del “jefe” dado que en nuestra sociedad son las palabras las que determinan los hechos. Por eso escuchar “guerra contra la delincuencia” “acabaremos con las drogas” “lucharemos contra la evasión”, son palabras que conducen a una violencia estructural que vivimos.

De lo anterior podemos sacar conclusiones sobre cómo impactan las palabras en el colectivo, de ahí que expresiones como “las mujeres en la casa y el hombre en la calle”  “los hombres no tienen miedo”  “detrás de un buen hombre hay una mujer”, han sido el sustento sobre el cual se ha relegado el rol de la mujer en la historia de la humanidad. Han sido las palabras como discurso estructurado que ha generado todo el escenario de desigualdad que hoy existe.

Ahora, las madres solteras según las palabras del “jefe” serían las responsables del mal que aqueja la institución. Sus palabras están en la psiquis del mensajero y los receptores ejecutarán el mandado, lo que genera que a través del poder de las palabras se construya una realidad ficticia, pero que afecta el desarrollo real de la mujer. El valor de la mujer, solo lo obtiene a través del hombre, es lo que subyace en las palabras. En ese discurso retrógrado se fundamenta todo el proceso de discriminación que ha sufrido la mujer.

La verdad real, es que las madres solteras son heroínas anónimas, cuyo verdadero valor lo reconoce quien ha tenido la oportunidad de ver cómo son capaces de aguantar al esposo, el trabajo en la calle, el trabajo en la casa y toda una sociedad exigiéndole que aporte en el hogar sin dejar de ser madre. Es necesario ver cuántos de los que han desfalcado el erario público han sido criado en hogares “modelos” (padre-madre), y qué han hecho los padres para evitar que esos nobles ciudadanos entiendan que cuando se les permite ejercer el poder, debe ser solo para el beneficio de la sociedad.

Las palabras tienen poder cuando la emite un hombre como el “jefe”, dado que cuando la emite una mujer como la gobernadora de la provincia de Samaná no se les permitió defender el “error” cometido, el poder de sus palabras llegaron hasta el palacio nacional y el decreto de destitución estaba en la prensa el día siguiente. Pero ella es mujer, quizás no es madre soltera, pero es culpable de querer que los ciudadanos se vacunen.

El jefe resolvió con pedir excusas, aún a sabiendas que los hechos demostrarán que sus palabras tienen más poder que sus pensamientos, si es que en realidad no piensa como hablo.

Las mujeres son la madre de todos, de ella salimos gobernados y gobernantes, Ellas dan a Luz, la sociedad pare delincuentes. Las mariposas resurgen cada día de su tumba a seguir luchando por la dignidad de la mujer que hoy por ser madre sin un hombre al lado son tildadas de ser fabricantes de delincuentes, así no.

“Pienso, luego existo”. El pensamiento fue primero que la palabra y los hechos  siguieron a ésta.

Facebook Comments