El Distrito Nacional: el patito feo del gobierno

Por: Wellington Duverge Montero

El  Distrito Nacional  es el centro neurálgico del país, es el lugar de donde fluye la riqueza que se distribuye a nivel nacional, el asiento del gobierno y de nuestros representantes legislativos, en términos económicos junto con la provincia de Santo Domingo representan el 40.7% del PIB, centro del conocimiento y de la cultura, ciudad primada de América donde se dio inicio a  la colonización  del nuevo mundo.

 

Aquellos que nacieron en la  capital y tienen más de 30 años han tenido el privilegio de ver la evolución de la ciudad, sin embargo todos estaremos de acuerdo en que la ciudad no tuvo un desarrollo tan acelerado como el que se inició a partir del año 1996, de pasar de un ciudad de algunos barrios icónicos a una gran metrópolis totalmente cosmopolita que no queda inadvertida desde la más elevada altura, fuimos capaces de construir un metro ante la incredulidad y falta de visión de un grupo que se oponía y es quien hoy nos gobierna, una obra de transporte público que nos colocó junto a las ciudades másmodernas de la región, hoy nadie duda de su eficacia e importancia, se construyeron bibliotecas, se remodeló nuestro más grande centro de enseñanza, nuestra ciudad colonial recuperó su esplendor dándonos la oportunidad de visitarla en un ambiente agradable.

 

En definitiva la ciudad si tuvo un verdadero cambio que se materializó en poco tiempo, y eso fue posible por el interés y la visión de  querer hacer algo diferente, pero ¿podemos decir que en los últimos años se ha dado continuidad al desarrollo de la capital?, el gobierno de Luis Abinader se ha caracterizado por hacer muchas promesas y muy pocas obras y los capitaleños no hemos sido la excepción, durante estos últimos 3 años hemos padecido inundaciones nunca antes vista provocadas por intensas lluvias y una clara falta de mantenimiento de las infraestructuras, el colapso vehicular es insoportable y desde el INTRANT solo ha salido expedientes de corrupción.

 

Los barrios icónicos como Villa Juana, Ensanche la fe, Villa Consuelo, y  Ensanche Luperón, sus aceras están decoradas con acúmulos de basura y aguas putrefactas, calles y casas que antiguamente brillaban con luces de color hoy parecen estar inmersa en una profunda depresión. Con una alcaldesa muy mediática y con afición a la exposición, parece más la presentadora de un programa de entretenimiento y no la gestora  de nuestra tan querida ciudad, destinando los recurso a obras  cosméticas, además de la falta de colaboración raciónpor parte del gobierno central, es increíble ver como la basura parece cobrar vida hasta en zonas residenciales como en ciudad real y  Renacimiento  y el surgimiento de hoyos en calles impensables de creer  como la avenida Caonabo y Sarasota. 

 

Sin lugar a duda la capital es el patito feo del gobierno, y como el cuento infantil buscaremos otro cobijo, el que realmente merecemos, donde nos den la importancia y nos cuiden, que nos conozcan y estén interesados en nuestro desarrollo, que devuelvan la dignidad a los barrios y la tranquilidad a nuestros residenciales.  Necesitamos gestores comprometidos con nuestra ciudad, el próximo 18 de febrero y en mayo volveremos a transitar el camino del desarrollo abandonado por Luis Abinader y Carolina Mejía. 

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