Creación de hábitos que nos conduzcan hacia el éxito

«Puedo predecir el resultado a largo plazo de su éxito si me muestra sus hábitos diarios». John Maxwell.

 

Si queremos tener éxito en cualquier actividad que desarrollemos debemos estar consciente de la importancia de crear hábitos que estén en la dirección de la meta que nos hemos trazados, hábitos que cada día nos acercan y nos ayuden a lograr el éxito que hemos soñado.

 

Por tales razones, si queremos resultados diferentes tenemos que hacer cosas diferentes, debemos desarrollar hábitos que nos motiven y nos impulsen hacia la meta. En ese sentido, hay que tener presente que la carrera hacia el éxito, no es una carrera de velocidad, sino de confianza, consistencia, disciplina, entrega, trabajo duro, dedicación, y creación de buenos hábitos.

 

Es importante tener conciencia de la importancia de crear hábitos que nos conduzca hacia el éxito, ya que para crear un hábito de cualquier naturaleza solo se requieren 21 días, luego de este tiempo, el cerebro asume dicha actividad de manera automática. En ese sentido, Charles Duhigg, en la otra titulada “El Poder de los Hábitos”, manifiesta lo siguiente:

 

Los hábitos no son el destino. Tal como explico en los dos capítulos siguientes, los hábitos se pueden ignorar, cambiar o sustituir. Pero la razón por la que el descubrimiento del bucle del hábito es tan importante es porque revela una verdad básica: cuando emerge un hábito, el cerebro deja de participar plenamente en la toma de decisiones. Ya no trabaja tanto ni desvía su atención hacia otras tareas. Salvo que combatas deliberadamente un hábito ——a menos que encuentres nuevas rutinas— el patrón se activará de manera automática.

En esa misma línea, tomando en consideracion que los hábitos que adquirimos, tanto los buenos como los malos, se quedan grabados hay que realizar el mayor esfuerzo para crear hábitos buenos, que nos ayuden e impulsen a lograr las metas que nos hemos trazados. En ese tenor, Duhigg, expresa lo siguiente:

Los hábitos nunca llegan a desaparecer. Quedan grabados en las estructuras de nuestro cerebro, lo cual es una gran ventaja para nosotros, porque sería terrible que después de cada vacación tuviéramos que aprender a conducir de nuevo. El problema radica en que el cerebro no diferencia entre los buenos y los malos hábitos; por eso, si tienes uno malo, siempre te estará acechando, esperando la señal y la recompensa.

 

En síntesis, los hábitos son esas pequeñas, pero importantes, acciones que realizamos cada día en busca de nuestros objetivos. Es por ello, interesantetraer a colación una de la frase del famoso filósofogriego Aristóteles, quien, al referirse a los hábitos, manifestó lo siguiente: “Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito”.

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