Aumentos de sueldos: cuando se cumple la Ley, pero se viola el Derecho.



En una emblemática sentencia emitida por el Tribunal Constitucional Federal Alemán en el año 1996, la cual fue confirmada por el más alto tribunal europeo de Derechos Humanos, se estableció como parámetro para la validez de una ley, que la misma se ajuste a fines justos. Esa decisión en la que se juzgó y condenó penalmente a centinelas que custodiaban la frontera entre las dos Alemanias, se sustentó en el hecho de que el cumplimiento de una norma que sea injusta, no puede constituir derecho.
Reafirmando lo dicho por Agustín de Hipona que las leyes injustas, no son leyes y luego Tomas de Aquino cuando expresó que la ley que no deriva del derecho natural no es ley. Ese tipo de argumentación quedó reflejado en la sentencia sobre los centinelas del muro, cuando el Tribunal Constitucional Federal Alemán acogió la fórmula de Radbruch de que una ley injusta, no puede ser considerada válida, aun haya cumplido con los procedimientos establecidos para su validez.
La anterior viene a colación debido a los últimos acontecimientos políticos-jurídicos, que han crispado el ánimo de la sociedad. Varias instituciones del Estado Dominicano, las cuales gozan de autonomía administrativa, han generado en base a esa autonomía, aumentos de sueldos para sus principales ejecutivos. Lo más relevante de las informaciones confirmadas en los medios de comunicación, es el hecho de que muchas de las instituciones que han generado los aumentos, sus ejecutivos ya eran privilegiados en cuanto al monto salarial que devengaba.
Y si bien es cierto, que un funcionario competente debe tener un sueldo competitivo para cumplir con sus obligaciones, para evitar las tentaciones que representan tener poder, pero con necesidades básicas sin cubrir. No es menos cierto, que en un país como la República Dominicana con necesidades agobiantes para la población que por mucho tiempo no han tenido respuesta por parte del Estado, tener la posibilidad de ganar más de Diez Mil Dólares mensuales, es un lujo que no lo tienen muchos funcionarios de países desarrollados.
Las instituciones y funcionarios que han estado en la palestra pública por el revuelo que ha causado la información de los aumentos de salarios, no se han dado cuenta, que incluso, nos hemos enterados de que existen funcionarios que duplican el salario del presidente de la República, algo inaudito en cualquier sociedad, donde un subalterno tenga un mejor salario que su superior. Pero es la realidad dominicana, cosa que al parecer nos ha hecho perder la capacidad de asombro, lo cual es muy peligroso para avanzar en una sociedad.
Esos salarios y aumentos-reajuste por inflación es el término correcto-son justificados en la ley que regula esas instituciones y algunas dependencias del Estado. Sin embargo, lo que aquí se debate, es la justicia de esa norma legal, al compararla con los sueldos de miserias que tienen la mayoría de los dominicanos. Incluso, si los comparamos con los sueldos que tienen otros funcionarios que tienen iguales responsabilidades y capacidades que los “Superintendentes”. El Director de la Policía Nacional, El Presidente de la Cámara de Diputados, El Presidente del Senado, El Presidente de la Suprema Corte de Justicia, son algunas de las funciones con grandes responsabilidades que no pueden acceder a un sueldo exorbitante como los que hemos conocido en estos días.    


Entonces habríamos de preguntarnos ¿Se puede aplicar la ley y en su aplicación cometer una injusticia? Según la fórmula aplicada por el Tribunal Constitucional Federal Alemán en la sentencia sobre los centinelas del muro, cuando una ley contiene una grosera injusticia no puede ser considerada ley. Pues la Ley no es justa por ser aprobada y validada por los poderes con competencias para ello, la Ley debe ser justa porque su contenido se ajuste a los parámetros de los justo, es decir, que en su formulación y contenido no transgrede los fines de justicia como aspiración humana ajustado a la moral individual y social.
Sustentar privilegios groseros, amparados en la ley, no es sinónimo de justicia. Lo que se traduce en la fórmula utilizada en la sentencia centinelas del muro “Ustedes alegan que estaban cumpliendo con la Ley, pero al cumplir con una Ley injusta, violentaron el Derecho”.  


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