UN OMBUDSMAN DEL PUEBLO

El ombudsman es una figura constitucional de origen sueco y significa representante, mediador, agente, guardián…persona que actúa por cuenta de otra y sin interés personal en el asunto que interviene (Biblioteca Juridica Virtual del Instituto de Investigaciones Juridicas de la UNAM, 2015). En su origen esta institución fue creada en el año 1713 por el rey Carlos XII de Suecia con la finalidad de controlar a los funcionarios de su gobierno en su ausencia. Más tarde se permití que pudiera recibir quejas de particulares. Hasta llegar a que su nombramiento fuera realizado por las instituciones del Estado, quedando configurado la figura como un ente externo al gobierno.

Es así como en la Constitución de Suecia de 1809 surgen dos figuraras relacionadas con el Ombudsman: a) Canciller de Justicia, quien se encarga de controlar la administración del Estado, al servicio del Rey; b) El Justitie-Ombudsman, independiente del gobierno, encargado de la protección de los ciudadanos en contra de los actos de la administración pública.  Es esta última la que ha servido de base para los países que han adoptado una figura para la defensa de los derechos humanos de los ciudadanos, especialmente por actos de instituciones del Estado.

En efecto, el Defensor del Pueblo es una figura constitucional no perteneciente a ningunos de los tres poderes tradiciones, que procura salvaguardar los derechos fundamentales de los ciudadanos cuando se vean amenazados o vulnerados por los funcionarios o instituciones del Estado. Se ha desarrollado como un poder no jurisdiccional que puede poner en movimiento la jurisdicción para hacer efectivos los derechos humanos.

En la actualidad en la República Dominicana una comisión de la Cámara de Diputados está evaluando los postulantes, de los cuales  seleccionará la terna que enviaran al Senado de la República para de ella escoger la figura constitucional del Defensor del Pueblo. Su función en nuestro país no dista de los demás países del área,  consiste en “contribuir a salvaguardar los derechos fundamentales de las personas y los intereses colectivos y difusos establecidos en esta Constitución y las leyes, en caso de que sean violados por funcionarios u órganos del Estado, por prestadores de servicios públicos o particulares que afecten intereses colectivos y difusos, artículo 191 de la Constitución Dominicana”.

El reto que tiene tanto la comisión de la Cámara de Diputados, como el Senado de la República, es la elección de un verdadero Ombudsman, que responda a los intereses de la sociedad más vulnerable, cuando los derechos fundamentales sea amenazados o vulnerados, sea por el Estado o por particulares. De esa elección se acrecentará o disminuirá la credibilidad de la sociedad en esa institución constitucional.

Dado que, hasta el momento no se ha producido por parte del Defensor del Pueblo acciones importantes en defensa de los Derechos Fundamentales de la sociedad, necesitamos un relanzamiento de la figura, de manera que sea conocida por la sociedad, a la vez de respetada por las instituciones del Estado y los particulares. El respeto ganado a fuerza de acciones importantes en defensa de los derechos fundamentales, garantizará la permanencia y consolidación de tan importante institución.

De acuerdo con los postulantes que hemos visto en las entrevistas, tenemos esperanza de que con la elección del nuevo Defensor del Pueblo se fortalecerá la figura,  pues hemos visto personas preparadas académicamente, con vocación de servicios y sobre todo con sensibilidad humana para el ejercicio de tal loable trabajo. Ver figuras que pertenecieron y/o pertenecen a la Oficina Nacional de Defensa Publica, es un gran aval para confiar en que la labor del Defensor del Pueblo puede relanzarse.

Los Defensores Públicos son entes de referencia en la lucha por el respecto a los derechos fundamentales de los ciudadanos. Esos postulantes, conocen lo que hay que hacer para proteger los derechos fundamentales individuales, colectivos y difusos. Pero sobre todo, una figura como Roberto Carlos Quiroz Canela es un referente de lucha por el respeto a sus propios derechos como persona en condición de vulnerabilidad y por demás ha luchado durante muchos años por los derechos de sus representados en sus largas jornadas en la defensoría pública del Distrito Nacional.

Roberto es un verdadero Ombudsman del pueblo. En las manos de la comisión de la Cámara de Diputados y el Senado de la República está la oportunidad de hacerlo realidad.

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