DEBIDO PROCESO PARA TODOS, AUNQUE SE HUNDA LA TIERRA

Los derechos fundamentales son y valen, lo que valen sus garantías.

De todo lo que nos lego la Revolución Francesa, La Declaración de derechos del hombre y del ciudadano de 1789 fue su principal aporte al desarrollo de los derechos fundamentales, la cual en su artículo 16 dice “toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no esté asegurada no existe Constitución, porque sin garantía los derechos fundamentales nos son derechos”.

Sin embargo, el ser humano tiende a considerar que las cosas tienen valor solo cuando nos benefician, si se trata de beneficio para los demás cuestionamos su importancia.
Ahora que muchos están pidiendo justicia, prisión, condena y hasta la horca para los culpables de haber cometidos actos de corrupción en contra del erario publico. Es necesario frenar un poco la euforia y el desenfreno para analizar cada caso en su contexto y garantizar que el debido proceso no se violente en contra de ninguno de los investigados. Ya que la razón y las emociones tienen sus propias agendas, es importante que una no sea la consecuencia de la otra.


Siempre hemos sido partidarios de que se respeten las garantías que aseguran el procesamiento, juzgamiento y condena de las personas encartadas, no importa quién sea la persona encausada, debe prevalecer lo que la constitución a denominado garantías fundamentales, tutela judicial efectiva y debido proceso.

Al garantizar el uso efectivo de esas garantías a la vez que logramos aplicación de sanciones justa en contra de quienes violentan las normas penales, a la vez garantizamos que quienes no son culpables pueden hacer uso efectivo de sus estrategias de defensa y demostrar ante los tribunales que no fueron avasallados por el poder.


El legado que dejó la Declaración Universal del Hombre y del Ciudadano solo fue posible cuando sus promotores fueron guillotinados, pues el mismo Maximilien Robespierre-El Incorruptible-, líder, mentor de la revolución, pasó de ser un opositor acérrimo a la pena de muerte, a llevar al patíbulo a muchos de sus compañeros sin que se respetara el debido proceso. Paradójicamente, termino siendo guillotinado sin darle la oportunidad de que defendiera su punto de vista frente a los jueces imparciales.


Hoy tenemos toda una sociedad pidiendo la cabeza de los que ayer como Robespierre tenían el poder. Poder que utilizaron quizás sin importar en quien o quienes llevaban a la guillotina sin el debido proceso, pero jamás podemos por la emoción del momento actuar igual que aquellos que no respetaron el debido proceso, pues quizás si ayer hubiesen actuado de conformidad como establece la constitución, hoy no tuvieran miedo de enfrentar a sus acusadores. Pero tienen miedo, miedo porque quizás no fueron justos en sus juicios, acusaciones o acciones. Pero quienes les tocan decidir, ahora no pueden actuar igual que sus antecesores, sería un mal precedente y volveríamos a la época de la venganza privada.


Hoy más que nunca se deben respetar las garantías del debido proceso y la tutela judicial efectiva que establece la Constitución Dominicana en sus artículos 68 y 69. Es lo que garantiza que cuando el destino nos coloque en la posición que hoy están nuestros perseguidos, estemos seguros que el debido proceso será nuestro mejor aliado para poder defender nuestro honor y dignidad.


Es una gran responsabilidad que tienen los jueces de la República Dominicana con los caso el Ministerio Publico está llevando a los tribunales, esa labor decidir, está encomendada a personas que tenga el carácter y la entereza de aplicar el debido proceso y la tutela judicial efectiva como garantía del respecto a los derechos fundamentales, aunque se hunda la tierra.

El debido proceso es la garantía para que el culpable pague por sus hechos y el inocente puede defender su honor.


¡¡¡Debido proceso para todos!!!

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