OPINIÓN E INFORMACIÓN: UNA MIRADA AL PROCESO PARA ELEGIR AL DIRECTOR DE LA OFICINA NACIONAL DE DEFENSA PÚBLICA
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La libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales más importantes en la democracia del Estado de Derecho Constitucional. Dicha libertad se manifiesta con mucho más énfasis en los medios de comunicación a través de los profesionales dedicados al periodismo.
Sin embargo, cuando se ejerce el periodismo debemos considerar que no es lo mismo dar una opinión de un proceso, a la de ofrecer una información de ese mismo proceso. En el caso del proceso iniciado para designar al nuevo Director de la Oficina Nacional de Defensa Publica-en lo adelante ONDP-se ha tergiversado la opinión, haciéndola parecer información. Pues no es cierto que en el proceso actual en la escogencia de las autoridades que dirigirán la ONDP se esté debatiendo una cuota de poder político de algún partido, por el contrario quienes quieren que eso suceda son los que están propiciando que las opiniones se conviertan en informaciones. Es que una información debe estar basada en los hechos investigados que más se ajusten a la realidad. Por el contrario la opinión está cargada de la sugestividad de quien opina.
Es que en el proceso de la elección para dirigir la ONDP, es incoherente incluso con las aspiraciones de las actuales autoridades que se establezca como una información el hecho de que se pretende tener acceso a más de 600 empleados para disponer de ellos, ésta opinión dada como información raya en la ridiculez, pues demuestra un desconocimiento de la estructura organizativa de la institución, es decir, olvidan que los defensores públicos son profesionales de carrera, no sujeto a los vaivenes de la política partidista.
Presentar la ONDP como un botín donde se repartirán puestos de trabajo, es desconocer que los abogados que allí ejercen sus funciones tienen conocimientos específicos de cuáles son sus derechos, además de la capacidad para reclamarlos en cualquier escenario. Por ello la opinión ofrecida como información puede causar mucho daño a esa institución, que se ha mantenido alejada de las diatribas políticas partidistas durante todo su periodo de existencia. La ONDP nunca ha sido una institución sujeta a los criterios de políticos de turno y su propia estructura impide que lo sea, eso sólo es la opinión de las actuales autoridades a través de un medio de comunicación, pero jamás una información veraz.
El hecho de presentar a los aspirantes a la dirección como parte de ese entramado procura mitigar el avance de una corriente innovadora para dirigir los destinos de la institución, que encabeza la figura del Licenciado Jacinto Castillo Moronta, el cual tiene la condiciones intelectuales y morales para dirigir de manera pulcra la ONDP, competencias lograda a través de su trayectoria en la Oficina Nacional de la Defensa Publica, la Escuela Nacional de la Judicatura y en la sociedad.
Al final sólo se ha pretendido brindar una opinión mal intencionada como información tergiversada que hace más daño que bien a una institución que necesita recuperar su mística a través de un liderazgo estratégico como el que encabeza Jacinto Castillo Moronta.