Nota cultural —Historia de los calendarios
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Hoy, día 1 del año, es un buen día para conocer un poco sobre la historia de los calendarios. Primero, un calendario es un sistema de medidas del tiempo en días, semanas, meses y años, que se ha establecido por conveniencia de las naciones desde épocas muy remotas. Se sabe que las divisiones del tiempo se basan en los movimientos de la Tierra y en las salidas regulares del Sol y de la Luna.
Luis Carlos de Hita Ledo, en su historia sobre los calendarios, tomando como base los escritos de Aquilino Morcillo, establece que la primera referencia literaria sobre el día, noche, mes y año, está contenida en el poema Gilgamesh, escrito en caracteres cuneiformes, y traducido al inglés por el profesor Andrew R. George, el cual narra las míticas aventuras de un príncipe de la ciudad sumeria de Uruk, que vivió 2750 antes de Cristo. Los sumerios partían de que un año tiene 360 días, los días tienen 12 horas dobles, la hora tiene 60 minutos; el conteo de los segundos surgió siglos después, de mano de la trigonometría. Argumentaban que con solo dedicarse a observar la Luna, se puede comprobar que cada 29 días y medio (30 días, redondeados) es luna llena; período que lo llamaron mes, y un año comprendía 12 períodos de lunas llenas, por lo que su duración era de 360 días. Además de los sumerios, otras culturas se preocuparon por la medición del tiempo. Pero, de los calendarios antiguos, el más exacto fue el de los egipcios, que tenía de 12 meses de 30 días y 5 días adicionales. Los babilonios también tenían su calendario, compuesto por 12 meses de 30 días. Los griegos, que copiaron el de los babilonios, tenían un calendario de 12 meses de 29 y 30 días, que se alternaban. Los antiguos romanos tenían un calendario compuesto por 10 meses, que iniciaba en marzo; para ellos el año tenía 304 días. El primer calendario moderno fue el Juliano, que era una reforma al calendario romano antiguo, y entró en vigencia el día 1 de enero del año 45 después de Cristo. Ese día 1 los romanos lo dedicaron al Dios Jano, un dios de dos cabezas: Una vieja, que mira hacia atrás, y representa el pasado; y una nueva, que mira hacia adelante, y representa el futuro. El calendario juliano tiene un año regular de 365 días y 6 horas, divididos en 12 meses, y se agrega un día bisiesto a febrero cada cuatro años. Los nombres de los meses de este calendario son los mismos del calendario vigente, que es el gregoriano. Pero, al paso del tiempo, se descubrió que el calendario juliano tiene un error, un excedente de 11 minutos y 14 segundos más que el año astronómico real, que se convertía en un día cada 128 años. Entonces, al acumularse en el tiempo, los días se corrían de manera significativa, incluyendo el inicio de las estaciones y la celebración de hechos históricos importantes. El nuevo calendario, que es el actual, instaurado por el papa Gregorio XIII en 1582 mediante la bula Inter gravissimas, corrigió el error y fijó el inicio de las estaciones.
Termino esta nota con un pensamiento de Benjamin Franklin, cito: “Deja que cada nuevo año encuentre una mejor versión de ti mismo (a)”.