LA TEOLOGÍA DE CRISTO ENFRENTA UN TRILEMA

La Teología es el estudio sistemático, de conocimientos, acerca de Dios, sus atributos y sus perfecciones. Mientras que la Cristología es la parte de la Teología que trata de acerca de Jesucristo, la cual abarca en su totalidad las doctrinas que se refieren tanto a la persona de Cristo como a sus obras.

El autor de “Las Crónicas de Narnia”, el inglés C. H Lewis, quien fuera profesor de la Universidad de Oxford, en 1952 publicó un libro titulado “Mero Cristianismo”, en el cual reúne las legendarias charlas radiofónicas que sostuvo vía la BBC de Londres en 1942, en plena II Guerra Mundial; en las cuales él se proponía “explicar y defender las creencias que han sido común a casi todos los cristianos de todos los tiempos. El libro generó grandes discusiones debido a que exponía el gran debate teológico del trilema sobre Jesucristo.

Veintisiete años luego, en 1979, el apologista estadounidense Josh McDowell pública su bets seller “Evidencia que Exige un veredicto”, con el cual recorre las universidades de Estados Unidos analizando las tres opciones para explicar la identidad de Jesucristo: ¿un mentiroso, un lunático o Señor?

Las distintas afirmaciones de Jesús de ser Dios eliminan los argumentos de los escépticos que lo consideran simplemente un hombre de buena moral o un profeta que dijo muchas cosas profundas. Muy a menudo esa conclusión es la única aceptable para los estudiosos o como el resultado obvio del proceso intelectual. El problema es que muchas personas asienten con la cabeza y nunca ven la falacia de tal razonamiento.

Analizando la afirmación de Jesús de ser Dios:

C. S. Lewis, que una vez agnóstico, entendió este tema con claridad. Él escribió: “Estoy tratando de evitar que alguien diga la tontería que la gente suele decir sobre Él: ‘Estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un gran maestro de moral, pero no acepto su afirmación de ser Dios”.

Esa es la única cosa que no debemos decir. Un mortal que era simplemente un hombre y dijo el tipo de cosas que Jesús dijo no sería un gran maestro de moral. Sería un lunático, al mismo nivel que el hombre que dice que es un huevo, o si no, sería el Diablo del Infierno. O este hombre era, y es, el hijo de Dios, o bien un loco o algo peor”.

Jesús afirmó ser Dios. Él no dejó ninguna otra opción abierta. Su afirmación debe ser verdadera o falsa, por lo tanto, es algo que se debe considerar seriamente. Jesús preguntó a sus discípulos: “¿quién dices que soy yo?” (Mateo 16:15) tiene varias alternativas. Primero, supongamos que su afirmación de ser Dios era falsa. Si fue falsa, entonces tenemos solo dos alternativas. Él sabía que era falsa o que no sabía que era falsa.

¿Era Jesús un mentiroso?:

Si cuando Jesús hizo sus afirmaciones, sabía que no era Dios, entonces estaba mintiendo y engañando deliberadamente a sus seguidores. Pero si era un mentiroso, entonces también era un hipócrita porque les dijo a los demás que fueran honestos, a cualquier precio, mientras Él mismo enseñaba y vivía una mentira colosal.

Más que eso, Él era un demonio, porque les dijo a otros que confiaran en Él por su destino eterno. Si no podía respaldar Sus afirmaciones y lo sabía, entonces era indescriptiblemente malvado. Por último, también sería un tonto porque fueron sus afirmaciones de ser Dios lo que condujo a su crucifixión.

Muchos dirán que Jesús fue un buen maestro de moral. Seamos realistas. ¿Cómo podría ser un gran maestro de moral y engañar a las personas a sabiendas en el punto más importante de su enseñanza: su propia identidad? Tendríamos que concluir lógicamente que era un mentiroso deliberado.

Si Jesús quería que la gente lo siguiera y creyera en Él como Dios, ¿por qué fue a la nación judía? ¿Por qué ir como carpintero nazareno a un país tan pequeño en tamaño y población, y tan profundamente adherido a la unidad indivisible de Dios? ¿Por qué no fue a Egipto o, aún más, a Grecia, donde creyeron en varios dioses y diversas manifestaciones de ellos?

Alguien que vivió, enseñó y murió como Jesús no pudo haber sido un mentiroso.

¿Era Jesús un lunático?

Alguien que cree que es Dios suena como alguien que se cree hoy Napoleón. Estaría engañado y se estafaría a sí mismo, y probablemente lo encerrarían para no lastimarse a sí mismo ni a nadie más. Sin embargo, en Jesús no observamos las anormalidades y el desequilibrio que generalmente van con el hecho de estar desquiciado. Su aplomo y compostura ciertamente serían increíbles si estuviera loco.

Noyes y Kolb, en “Psiquiatria Clinica Moderna”, argumentan que el esquizofrénico desea escapar del mundo real por su perturbación mental. Sin embargo, es muy difícil aceptar que Jesús estaba mentalmente perturbado. Él habló algunos de los dichos más profundos jamás registrados. Sus instrucciones han liberado a muchas personas de la esclavitud mental.

Clark H. Pinnock, en “Flame of Love: A Theology of the Holy Spirit”, pregunta: “¿Estaba engañado acerca de su grandeza, un paranoico, un engañador involuntario, un esquizofrénico? De nuevo, la habilidad y la profundidad de sus enseñanzas respaldan el caso solo por su total solidez mental.

El psiquiatra J.T. Fisher afirma: “Si tomara la suma total de todos los artículos autorizados escritos por los psicólogos y psiquiatras más calificados sobre el tema de la higiene mental, si los combinara y los refinara, tendrías una suma incómoda e incompleta del Sermón del Monte.

¿Era Jesus el Señor?:

En lo personal, no podemos concluir en que Jesucristo fue un mentiroso o un lunático. La única otra alternativa es que Él era el Cristo, el Hijo de Dios, como afirmó.

Cuando se habla con la mayoría de los judíos usualmente dicen que Jesús fue un líder moral, recto, religioso, un buen hombre o algún tipo de profeta. Pero cuando se les pregunte: ¿crees que Jesús era un mentiroso? Hay un agudo “¡No!”. Si les pregunta: “¿Crees que era un lunático?” La respuesta es: “Por supuesto que no”. “¿Crees que Él es Dios?” Antes de que pueda respirar profundamente, se oye un rotundo “Absolutamente no”.

El problema con esas tres alternativas no es lo que es posible, ya que todas podrían serlo. Más bien, la pregunta es: ¿Qué es más probable? Que tú decidas quién es Jesús no debe ser un ejercicio intelectual ocioso. No puedes ponerlo en el estante como un gran maestro de moral. Esa no es una opción válida. Él es un mentiroso, un lunático, o Señor y Dios. Debes hacer una elección.

La evidencia es claramente a favor de Jesucristo como Señor. Algunas personas, sin embargo, rechazan esta evidencia debido a las implicaciones morales involucradas. No quieren enfrentar la responsabilidad o las implicaciones de llamarlo Señor.

El Apóstol Juan escribió: “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, para que creyendo, tengáis vida en su nombre”. (Juan 20:31)

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