“En un café”

El molestoso ruido de su “artefacto” la hace espantar a su justa hora. Día tras día debe cumplir con lo laboral sin excusas. Ella lleva meses cuestionándose, ¿Cuál podría ser la mejor manera de invertir las horas restantes del día?… entre la prisa, el ajetreo diario, los compromisos, el ritmo acelerado que lleva la vida, las redes sociales, lo virtual y los escasos contactos físicos… con eso, solo con ese poco se percata de que ya ha perdido 15 minutos para alistarse y salir a cumplir con la “monotonía” laboral.

En el trayecto desde la casa al trabajo, va observando todo a su alrededor, “parecemos robots”, piensa. Y así van pasando los días, sin encontrar solución a su pregunta diaria: ¿Vivimos o sobrevivimos?

Una tarde, para la hora de su receso, convocó a dos amigos para debatir el tema, y entre las diversas diferencias y profundos criterios particulares… plasmaron en unas de las servilletas puestas sobre la mesa, las posibles causas del por qué los humanos se han convertido en “máquinas eficientes” para sobrevivir: uno muy seguro escribió: por el “Capitalismo”, el segundo apoyó dos veces el puño sobre el papel, indeciso, finalmente resaltó en mayúscula: Por el “Modernismo. Ella, le tocaba a ella, ella inquieta y apresurada miró el reloj, pidió la cuenta, recogió sus cosas, tenía que regresar a sus labores, los dejó allí sentados y desde la puerta del café gritó: ¡por la “Necesidad”!

Los amigos “abandonados” ahí, se miraron, dice uno, si se le hubiese acabado el tiempo antes, nos hubiese evitado pensar tanto en nuestras repuestas. ¡Ganó ella! ¡Dijo el otro!

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de PINCELADASGLOBALES.

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