Agosto 24
|¡Presente! Respondía con voz serena pero firme, cuando mencionaban el número que tenía asignado en la lista en aquel salón de clases.
Se sentaba a dos o tres filas de butacas de la mía. Giraba la cabeza a mi izquierda, un número antes de la maetra o maestro nombrarla, solo para estudiar su gesto y frialdad al responder, pues, solo en ese “segundo” se podía escuchar el timbre de su voz, el resto de las horas era… puro silencio.
Dentro del arboroto de aquellas cuatro paredes, asientos alineados y pizarra verde… no perdía la postura, ni la tranquilidad.
Yo, una jovencita social y popular, no asimilaba ni entendía el contraste de su forma a la del resto.
Tocaban el timbre de despacho y se perdía velozmente entre la multitud para llegar a su casa.
Avanzaba el semestre y yo apuraba mi “investigación”, evitando irme de vacaciones con esa incognita.
Unos que otros días, abría su mochila y sacaba un libro que no era asignado por la maestra de literatura y se sumergía tanto en él, que ni el ruido, ni los papeles por el aire, ni las risas la interrumpían…
Timbre de salida, entraba el libro en su bulto y se perdía entre las camisas azules de regreso a su guarida familiar.
Hoy, Agosto 24, se celebra el día del lector… ella es ejemplo vivo de lo que es eso, y por “Justa y Precisa Casualidad”, también se celebra su fecha de nacimiento…
¡Felicidades doble! Compañera y amiga de siempre… Natifel Carolina.