Nota cultural –Villancicos de Navidad
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Hoy, 24 de diciembre, víspera de Navidad, es un buen día para escuchar y cantar los tradicionales villancicos que marcaron toda una época, y que prácticamente han desaparecido del ambiente navideño.
Los villancicos surgieron en el siglo XV, como una expresión espontánea de personas residentes en villas rurales de Europa, especialmente de España, quienes modificaban canciones populares y las convertían en ritmos más armónicos cantados a coros. El término “Villancico” apareció por primera vez en el año 1458, en el “Cancionero de Stúñiga”. En sus inicios, eran cantados en fiestas populares, y las temáticas muy variadas, pasando de contenidos amorosos, noticiosos, satíricos, burlescos hasta temas religiosos. El poeta y músico español Juan del Encina hizo grandes aportes al desarrollo del villancico, al punto que a él se le atribuye su invención. En el siglo XVI se hicieron tan populares que la iglesia, a los fines de atraer feligreses y promover la evangelización, decidió incorporarlos en las misas con un contenido estrictamente religioso. Desde los primeros años del siglo XVII se comenzaron a cantar en los maitines de importantes fiestas litúrgicas como: La Navidad, Corpus Christi, la Asunción, la Epifanía, entre otras. A finales del siglo XVIII, por diversas razones, principalmente por las influencias italianizantes en la música, provocaron la salida del villancico de la iglesia. Sin embargo, a pesar de sus tropiezos en la iglesia de los siglos XVIII y XIX, los villancicos siguen vigentes en los recuerdos y, en menor medida, alegrando la Navidad.
Termino esta nota con un fragmento del villancico más famoso del mundo: “Noche de Paz”, escrito por el sacerdote austriaco Joseph Mohr, interpretado por primera vez la noche del 24 de diciembre del 1818, en la iglesia de San Nicolás, Austria, cito: “Noche de paz / Noche de amor / Todo duerme en derredor / Entre sus astros que esparcen su luz / Bella anunciando al niñito Jesús / Brilla la estrella de paz / Brilla la estrella de paz”.