NOTA CULTURAL –Recordando la matanza de Palma Sola
|Un día como hoy, 28 de diciembre de 1962, se produjo la matanza de Palma Sola, en la comunidad rural de igual nombre, perteneciente al municipio de Las Matas de Farfán, provincia San Juan, República dominicana. Se estima que murieron más de doscientas personas, aunque las autoridades solo reportaron 27. La historia inició con Olivorio Mateo, un líder campesino de La Maguana Arriba, quien adquirió fama al estilo leyenda a principio del siglo XX. Dicho personaje, luego de una desaparición misteriosa, en 1908, difundió la especie que había recibido la misión de “salvar al mundo”. Desde entonces, se convirtió en curandero, “brujo” y líder religioso, a quienes le decían “Papá” o “Papá Liborio”; dando origen al movimiento denominado “Olivorismo”, comúnmente denominado “Liborismo”. Para justificar su muerte, el gobierno de intervención del país lo declaró “el guerrillero más peligroso” y ordenó su búsqueda y ejecución; acto que se consumó el 27 de junio de 1922 en uno de sus campamentos, el denominado “Hoyo del Infierno”.
Luego de la desaparición física Olivorio Mateo, los mellizos Romilio y León Ventura Rodríguez crearon un movimiento para darle continuidad a las prédicas del Liborismo; logrando miles de seguidores. En San Juan hubo una fuerte oposición a dicho movimiento; lo acusaban de cometer actos que reñían contra la moral y las buenas costumbres (violaciones de menores, orgías sexuales, etc.). Bajo ese pretexto, los integrantes de la llamada “Sociedad Civil Católica” de San Juan, en un comunicado de prensa, publicado en el diario “El Caribe”, amenazaron con hacer justicia con sus propias manos si no se detenía el movimiento liborista de Palma Sola. Actuando bajo presión, las autoridades enviaron una tropa policial a la referida comunidad, comandada por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deño, quienes fueron en forma pacífica, pero terminó en un genocidio espantoso, donde murieron muchos inocentes. En el enfrentamiento murió el general Miguel Francisco Rodríguez Reyes, cuya presencia en el lugar nunca se explicó de manera creíble.
Termino esta nota con un pensamiento de Howard Zinn, cito: “No hay bandera lo suficientemente larga para cubrir la vergüenza de matar gente inocente”.
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