Nota cultural –Recordando a Eduardo Brito
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Un día como hoy, 5 de enero de 1946, murió, a los 39 años de edad, Eleuterio Brito Aragonés (Eduardo Brito), en Nigua, San Cristóbal, República Dominicana. Fue un cantante de ópera y Zarzuela. Era de origen campesino y estrato social muy humilde. Nació en la sección Blanco del municipio de Luperón, Puerto Plata. En su infancia y adolescencia trabajó como limpiabotas y vendedor de dulces. Sus padres se separaron cuando él tenía 10 años de edad, y decidió irse a vivir al municipio de Puerto Plata. Siendo limpiabotas también cantaba; su talento fue tan importante que viajaba a Santiago a limpiar zapatos y a cantar, quienes lo escuchaban lo bautizaron como “El limpiabotas que canta”. A los 17 años decidió emigrar a la ciudad de Santo Domingo.
Eduardo Brito, a los pocos años de residir en Santo Domingo, su capacidad vocal se hizo notoria e impresionó a todo el que lo escuchaba cantar. Luego de varias actuaciones, lo conectaron con el maestro Julio Alberto Hernández, quien lo asesoró y educó en términos musicales. Su fama lo llevó a viajar por el mundo (Nueva York, España, Francia, Italia, Puerto Rico, etc.) donde se presentó en los grandes escenarios de esos países. Era barítono, que en música es la voz media entre tenor y bajo. Cantaba óperas y zarzuelas con una destreza impresionante. Su fama mundial fue tal que muchos lo bautizaron como el “Cantante Nacional de la República Dominicana”. En su homenaje, el Teatro Nacional dominicano lleva su nombre; también una estación de la Línea 2 del Metro de Santo Domingo lleva su nombre, entre otros reconocimientos. Finalmente, la causa de muerte de Eduardo Brito se asocia a una sífilis cerebral que le producía delirios y otros trastornos psiquiátricos, que lo llevaron a la “locura”, y hubo que internarlo en el manicomio de Nigua, San Cristóbal, donde murió.
Termino esta nota con un pensamiento de John Maxwell, cito: “La gente exitosa y no exitosa no varían mucho en sus habilidades. Varían en sus deseos de alcanzar su potencial”.