Pero 12 mil páginas

En el fin de semana circuló masivamente en los distintos grupos de WhatsApp la voluminosa acusación  del caso Medusa, la que según los osados que se han detenido a revisarla tiene más de doce mil páginas. 

Como aún estoy en deuda con los griegos, ni siquiera me atreví a abrir el archivo que contenía el documento acusatorio. Con tantas lecturas atrasadas, sería una irreverencia dedicar mi tiempo a tal aventura. 

Ahora bien, de lo que sí estoy seguro, aunque desconozca el contenido de esa pieza acusatoria, es que el espectáculo está venciendo a la justicia en la República Dominicana. La cantidad abrumadora de páginas de esa acusación y la impresionante difusión a través de las redes sociales para alimentar el morbo de la ciudadanía así lo demuestran.

Creo que es una exageración montar un proceso sobre la base de dificulrtarle el trabajo a los abogados y al propio tribunal que conocerá el asunto con esa cantidad descomual de documentos, sobre todo cuando las nuevas corrientes del derecho van en sentido contrario, apuntan hacia lo breve, hacia la simplificación de lo que puede ser considerado muy complejo.

Ni siquiera el caso Baninter, un proceso judicial que estremeció al sistema bancario dominicano y que implicó una cantidad impresionante de operaciones financieras necesitó de tanto. Einstein solo empleó 77 páginas para sustentar el fundamento de una de las teorías más complejas del mundo de la ciencia, como es la teoría de la relativadad.

Y hasta donde mis limitados conocimientos me permiten, el sonado caso Medusa no se acerca ni remotamente al expediente Baninter, y estoy seguro que no es tan complejo como la teoría de la relatividad.

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