Omar Fernández Domínguez


En nuestra historia política, desde el inicio de nuestra democracia, los hijos de los presidentes han tenido una participación tímida en la política, lo que traduce en que ser hijo de un presidente no es igual a la transferencia de simpatías políticas.

Los hijos de Bosch, nunca se le vieron en política, de su primer matrimonio, Leòn y Carolina, siempre estuvieron a la distancia de dicha actividad. Patricio y Bárbara, por igual.

Los hijos de Don Antonio Guzmán, Sonia e Iván, por igual, no descollaron en dicha actividad. Iván, murió muy joven.

Sobre los hijos del Dr Jorgue Blanco, el fenecido Orlando, ocupó posiciones administrativas, pero nunca ocupo una posición por elección popular, su hermana Leticia, no se le reconoce una actividad política militante.

De los hijos de Balaguer, solo Alexis Joaquin Castillo ha tenido exposición pública y raigambre política. Alexis,ocupó posiciones en en el gobierno de Balaguer, pero hasta el momento no ha obtenido nunca una posición por elección popular.

Los hijos de Hipólito Mejía, solo Carolina ha mostrado inclinaciones políticas, es la segunda ejecutiva en su partido, y es la primera alcaldesa de Santo Domingo.

Las hijas de Danilo Medina, han estado tan distante de la política, que en la población, son muy pocas conocidas.

En cuanto a los hijos de Leonel, solo Omar Fernández ha construido un liderazgo político, que se inició con la obtención de una diputación por la demarcación política más importante de todas las plazas políticas a nivel nacional, la circunscripción número uno del Distrito Nacional.

Los congresistas de la Fuerza del Pueblo, en una votación libérrima y democrática, lo han seleccionado como su vocero en la cámara baja, dicha elección es una muestra de liderazgo entre sus iguales diputados, pero también un reconocimiento a su trabajo político constante y a su ejercicio parlamentario, desde el cual ha levantado su voz, en procura de llevar al poder a su propia legalidad.

Cada pulgada de espacio político alcanzado por Omar, llevan impregnado su esfuerzo, trabajo y tesón. Porque si hay una actividad donde a nadie le regalan nada, es precisamente en la actividad politica, donde la sangre no es determinante para alcanzar espacios; sino el trabajo permanente.

Como se ve, ser hijo de un presidente no es un título nobiliario, que se transfiere como en las Monarquía a través de la sangre.
En democracia, gobierno de pueblo, quien no se mezcla con el pueblo en una relación simbiótica, no construye liderazgo, mucho menos construye simpatías.

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