Minimalismo Jurídico: menos leyes, más eficacia.

El minimalismo es una filosofía que enfrenta la vida de forma austera, sus objetivos se pueden resumir en la frase «menos es más”. Cuanto menos cosas poseemos más y mejor vivimos. Se considera una filosofía de vida, donde la persona se desprende de cosas superfluas para concentrarse en aquellas cosas que tienen valor, no por el costo económico, sino por la necesidad que cubre para una vida plena. Éste estilo de vida, no predica una felicidad estoica al estilo Diógenes de Sinope, al extremo de convertir la pobreza en una virtud, más bien, el minimalismo coincide con Diógenes,  en no oponerse a la naturaleza de las cosas y reducir al mínimo  las necesidades convencionales.

El minimalismo como forma de vida, permite a las personas que lo practican el uso efectivo de su tiempo, precisamente por aplicación del concepto del principio, menos es más. No es lo mismo buscar en un ropero atiborrado de cosas, que buscar en un closet donde estén solo las prendas básicas que vamos a utilizar en la semana laboral. En ese mismo sentido, no es lo mismo buscar en un ordenamiento jurídico saturado de leyes impositivas, una de ellas que permitan castigar a un evasor de impuesto, que si tuviésemos una ley general marco para la evasión fiscal y en base a la interpretación jurisprudencial podamos identificar el tipo y aplicar la subsiguiente consecuencia.

Tomando como fundamento el minimalismo en la vida de algunas personas, es que propugnamos por un minimalismo jurídico que disminuya la cantidad de normas, para tornarla más eficaz en beneficio de toda la sociedad. Algunos filósofos del derecho han apuntado la posibilidad de reducir al mínimo ciertas áreas de las ciencias jurídicas, especialmente aquellas que propugnan por una intervención mínima del Estado en la vida de los ciudadanos, en donde menos leyes es sinónimo de más eficiencia.

Aunque el minimalismo y el derecho no tienen muchas cosas en común, sí deberían tenerlas, dado que el positivismo jurídico ha llegado a pensar que las leyes son todo el derecho, que nada fuera de ellas puede ser considerado como parte de un ordenamiento jurídico. Pero ese pensamiento ha saturado los sistemas jurídicos de normas que pocos miembros de la sociedad cumplen, en razón de que son tantas que se hace imposible conocerlas, convirtiéndo la misma en ineficaz.

Esta saturación de leyes convierte el ordenamiento jurídico en deficiente. En ese punto sería importante poner a coincidir el minimalismo con el derecho: mientras menos leyes, más efectivas. Dado que la efectividad de la norma se fundamenta en el cumplimiento  de la misma por parte del destinatario. Y en la República Dominicana si tomamos esa característica para determinar la eficacia de la norma, nos daremos cuenta que existe un alto grado de incumplimiento.

El derecho penal, quizás ha sido el que más se ha preocupado por que exista una intervención mínima, procurando que solo supuesto muy extremos sean catalogados como delitos, y así lograr leyes penales en poca cantidad, pero con mucha eficiencia. Pero no es mucho lo que se ha logrado en ese aspecto.  Pues los ordenamientos jurídicos siguen produciendo leyes penales, como si se tratara de una zona franca jurídica, donde lo que importa es cumplir con el estándar de producción, sin detenerse a observar la calidad del producto.

La consecuencia natural de la saturación de leyes que existen en nuestro sistema jurídico, lo convierte en una nebulosa, lo cual hace imposible aplicar de forma eficaz la consecuencia jurídica a los actos que atentan contra los derechos de las personas. Las leyes que deberían ser el punto de referencia para una sociedad más justa y equilibrada, pasan a ser el escollo que impide llegar a ese fin. De manera que necesitamos menos leyes, pero más eficientes, menos Estado, pero más comprometido, menos personas, más ciudadanos, menos burocracia, más instituciones, menos políticos, pero más honestidad. Al fin si reducimos como el minimalismo las leyes, instituciones y políticos superfluos, tendremos más cumplimiento y eficacia de las normas que todos debemos obedecer.

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