La primera prueba de fuego de la JCE
|La elección de las autoridades municipales en febrero del año 2024 será la primera prueba de fuego para los actuales miembros de la Junta Central Electoral, luego del vergonzoso episodio ocurrido el 20 de febrero del año 2020.
Se recuerda que en esa ocasión su anterior presidente, Dr. Julio César Castaños Guzmán, suspendió sorpresivamente el proceso electoral en todo el país ante los inconvenientes que se estaban presentando en algunos de los 18 municipios donde se había decidido realizar las elecciones con el llamado voto automatizado.
No hay que olvidar que la implementación del voto automatizado tenía como finalidad principal realizar el proceso de votación y conteo de los votos más rápido y sencillo de lo habitual, y consistía en que el votante se presentaba frente a un computador para hacer su elección y la máquina emitía un comprobante físico del voto que se depositaba luego en una urna
Este suceso, la interrupción abrupta del proceso de votación, conmocionó a todo el país y evidenció nuestra gran debilidad institucional, ya que el Dr. Castaños Guzmán no contaba con ninguna autoridad legal para ordenar la suspensión de las elecciones municipales en los 18 municipios donde había dificultades con el voto automatizado, y, mucho menos, suspenderlas en los 140 municipios restantes donde las elecciones se realizaban a través del voto manual.
En este punto es necesario recalcar, que la facultad de suspender las elecciones en los lugares donde había inconvenientes con el voto automatizado era de la única y exclusiva competencia de las juntas electorales de esos municipios, no del presidente de la Junta Central Electoral.
Por esta razón, ese incidente quedará marcado como uno de los episodios más oscuros de nuestra joven democracia. Se recordará como el día en que las autoridades electorales dominicanas echaron a la basura miles de millones de pesos del erario, sin explicarles al pueblo el motivo de su fracaso y sin establecer responsabilidades, haciendo parecer que todo fue el producto de un accidente de la historia.
A causa de este precedente, la actual Junta Central Electoral no tiene mucho espacio para fallar y está compelida a restaurar la confianza de la población en el proceso electoral.
A esto último se añade, que debe realizar su labor en un ambiente complicado, como el actual, donde hay una seria crisis de fidelidad al interior de los partidos políticos, lo que, en definitiva, terminará impactando en la fidelidad del voto. Al tiempo de que por mandato de ley está obligada a montar el proceso de primarias simultáneas para la escogencia de los candidatos a cargos de elección popular de todos los partidos políticos, pautadas para el 1ro de octubre del presenta año, además de organizar el proceso electoral de febrero y mayo del año 2024.
Ante ese panorama poco halagüeño, todo debemos contribuir para que las actuales autoridades de la Junta Central Electoral salgan airosas de todos los procesos que deben administrar, al margen de las diferencias y disputas que se tengan con sus integrantes, porque el fracaso del actual órgano comicial sería muy costoso para la economía y la institucionalidad de este país.