La política: una actividad de acontecimientos.

Recibimos esta colaboración del profesor universitario, Fausto Montes de Oca.


La visión de Pedro Santana se impone a la del padre de la patria Juan Pablo Duarte, la razón: el país era más Hatero, que Clase Media.

La República Dominicana vivió un período de un verdadero caos, la historia parió a un Trujillo. Tras la caída de la dictadura, Viriato Fiallo, se enfoca en los Trujillistas, Bosch, se da cuenta que toda una generación había conocido a un solo líder, lo que es igual a afirmar que la sociedad era Trujillistas, enfrentar a un sentimiento, era lo más antipolitico, Juan Bosch, gana las elecciones, pero no entendía el contexto de guerra fría a tan solo 90 millas de Estados Unidos, se instala el socialismo Catrista, la geopolitica, tumba a Bosch.

Los liberales de Washington, sacan a Balaguer del Poder; el PRD, se persiguen entre ellos, ante un eventual vacío de poder, vuelve y vuelve Balaguer.

En el 1996, un ciclo se cierra, el liderazgo de principio de siglo, concluye, dando paso, a una expresión de una clase media y a una juventud que ya se abría paso. Gana Leonel.

En el 2000, los deseos de ver de Presidente de la República Dominicana a Peña Gómez, el gran tribuno de las masas, hace que el expresidente Hipòlito Mejía, llegue al poder. La sociedad política se muestra mucho más exigente y las redes sociales se convierten en el verdadero ágora de la Acrópolis Griega.


En Estados Unidos y en Europa, los líderes políticos salen de las mejores Universidades con un vasto historial académico y con investigaciones realizadas; excepciones, desde luego que si, Donald Trump, por ejemplo; sin embargo esa no es la regla.


En el plano local, será mucho más frecuente ver al alto ejecutivo, con alto perfil académico aspirando a cargos electivos, esto tiene una explicación, los hijos de los políticos, de las anteriores generaciones, tienen otro tipo de formación, son egresados de universidades extranjeras, con dominios de varios idiomas, a esto se suma, que tenemos una juventud mucho más formada e informada, lo cual inexorablemente demandará otro tipo de perfil político.

La vieja escuela de políticos que decían nada, para decir mucho se agotó, no va más. De ahora, en más, el que desee articular cualquier proyecto, tendrá que ponerle contenido, sino podría caer en un bostezo de la 3 pm.

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