La libertad tiene límites: el derecho de los demás.

 

“Los gallos montan a las gallinas sin su consentimiento, por tanto, es un acto de violación que no puede ser tolerado”. En principio pensé que se trataba de un chiste, pero al seguir indagando otros contenidos digitales, asombrosamente confirme que se trata de un debate muy serio en España, donde un colectivo de veganos extremos, ha considerado que el acto sexual entre gallos y gallinas constituye una violación sexual. De manera tenaz y con argumentos que el movimiento considera lógicos, han iniciado una campaña para denunciar lo que para ellos constituye un acto de violación.

Quizás el colectivo de veganos extremos, está llegando a un grado de consciencia tal, que los simples mortales aún no hemos entendido. Sin embargo, cada momento histórico de la humanidad ha tenido sus extremistas. Pero lo que estamos viviendo en la actualidad, puede que se nos está saliendo de las manos. La libertad de que disfrutan algunas sociedades les ha llevado a considerar que pueden hacer todo, incluso disponer como los demás deben alimentarse o conducir sus vidas, negocios o ideas.

Las aguas turbulentas en la que navega el barco de los extremos, les puede conducir a ciertos arrecifes con acantilados rocosos donde no haya donde desembarcar la carga. Por eso es necesario aclarar que el Derecho a la Libertad, está condicionado por el derecho de los demás y parece que algunos   grupos “Trans”, están llegando a un punto que no les dejan espacio a ideas distintas a las suyas. Por eso al ver cómo han reaccionado un grupo de jóvenes antes la forma en que se reproducen las gallinas, puede llevar a extremismos.

La libertad que disfrutan las personas con formas distintas de conducir su vida alimenticia, sexual, social, filosófica y política. No implica, que aquellos que piensen diferentes a las suyas deben ser condenados en un proceso sumario, donde solo se escuche la posición de los acusadores-extremistas. De ser así, no habría diferencia con otros tipos de extremismos, dado que todo conduce al mismo puerto, restringir el derecho de los demás a disentir.   

El fundamento de todo extremismo, es imponer su posición por la fuerza, de seguir actuando de esa manera, los grupos de veganos extremos, tendrían la misma filosofía de Hitler cuando decidió exterminar seres humanos, solo por su condición de ser diferente a lo que él entendía era su raza. Es posible que las personas veganas, tengan razón en la forma que debe alimentarse el ser humano, e incluso llegando a reducir su alimentación solo a base de plantas. Pero deben entender que existen otros puntos de vista, a los cuales debe permitirse actuar en base a esa misma libertad que actúan ellos.

La libertad según la filosofía anarquista es hacer con tu vida lo que tú quieras y desees, con el único límite del respeto al derecho de los demás. El anarquismo siempre ha sido considerado una filosofía política extrema, pero hasta la libertad anarquista tiene como límite el derecho ajeno. De ahí que podemos apoyar la libertad de cualquier grupo extremo, dado que tienen el derecho de vivir su vida de conformidad a sus creencias personales. Pero no es posible que sus ideas sean las únicas válidas.

Defender nuestras propias ideas, no puede ser al costo de exterminar las ideas ajenas. Cada ser humano tiene un espacio de libertad que no puede ser restringido arbitrariamente, ni siquiera por el Estado. De ahí que mi libertad de elección es tan válida, como la libertad de cualquier otro ser humano.

La libertad es un derecho humano, pero para todos los seres humanos.

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