LA CADENA DE LA DISCORDIA DEL PLD

El presidente del Partido de la Liberación Dominicana (en lo adelante PLD) Dr. Leonel Fernández asistió a un “matadero electoral” el pasado domingo seis de octubre, siendo él un experimentado político, maestro de las aulas universitarias, excelente orador que cautivó aquella juventud con ansias de cambio a finales de los años noventa, no pudo contener el desenfreno del poder estatal, el cual en alguna ocasión también utilizó sin tapujos en contra de sus adversarios internos. A pesar de que su discurso ya no es tan elocuente para los estudiantes o para esos no ya tan jóvenes que le siguieron en aquellos años, obtuvo una gran cantidad de votos que hacen suponer que enfrentó dignamente al Estado.

Pero recibir la noticia de que un novato le había arrebatado la candidatura presidencial del partido que él preside, obnubila la mente de cualquier persona, máxime cuando se trata de alguien que había obtenido en tres ocasiones la presidencia de la República, que ahora por primera vez prueba la amarga miel de la “derrota”.

Por eso la obsesión de poder ha llegado al punto de que el discurso ha variado de algoritmo informático, código fuente y conteo manual hasta la cadena de custodia. Esta ultima figura en materia de investigación garantiza que en el proceso las evidencias utilizadas conserven la inalterabilidad desde el momento de su obtención hasta el juicio, implica que una vez las evidencias se hayan contaminados serían invalidadas para una sentencia confiable. Es por ello que la cadena de custodia en el escenario de las elecciones primarias más bien será la cadena de la discordia en el partido de gobierno.

En materia penal la cadena de custodia es una garantía para el juicio justo-el caso O. J. Simpson evidenció los daños que le puede causar la violación a la cadena de custodia al proceso penal-por tanto una garantía para los derechos del imputado en el juicio. Lo sintomático de todo es que al parecer el presidente del PLD se coloca en la misma posición del imputado, ya siendo éste la parte más débil en el proceso debe velar porque el IUS PUNIENDI estatal no lo avasalle. Por tanto si el Dr. Fernández se convierte en el imputado en el proceso electoral, por vía de consecuencia será la parte más débil, donde el derecho de defensa dependerá en gran medida de las garantías que ofrece la figura de la cadena de custodia de las evidencias, la cual deberá ser garantizada por unos jueces (JCE) que no ofrecen muchas garantías de imparcialidad.

Quizás por la falta de garantías en el proceso, es que se ha visto a un equipo de defensa del ex mandatario ambivalente e incoherente en sus planteamientos. Pues inicia con la vulneración a los programas informáticos-introducción de algoritmos informáticos-, códigos fuentes-propio del lenguaje de programación-, conteo manual de votos, hasta llegar a la violación de la cadena de custodia. Parecería que la teoría de caso de la defensa del presidente del PLD no se preparó para la andanada de estrategias que le prepararon sus adversarios internos en el proceso. Pero no debe ser sorpresa para los seguidores del Dr. Fernández conocer que dentro del PLD las reglas del juego la imponen quien ostenta el poder ejecutivo. Lo cual conoce muy bien su equipo de defensa, pues en algún momento tuvieron en sus manos el poder ejecutivo y utilizaron estrategias similares a las que hoy se enfrentan.

Está bien definido que en las reglas de juegos de la lucha por el poder, los políticos no tienen escrúpulos al enfrentar a sus adversarios, dado que al final según las palabras del propio ex presidente cuando era candidato presidencial para las elecciones del año 1996 “el fin justifica los medios”.

Lo que habrá que esperar será si la cadena de custodia terminara siendo la cadena de la discordia que llevara a la oposición al partido que ha gobernado el país durante 20 años del año 1996 a la fecha.

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