¿Es la Justicia virtual lenta?

Agosto es el quinto mes del año en curso en el que los tribunales de la República mantienen el conocimiento de las audiencias y toda diligencia relacionada a los procesos judiciales, de forma virtual.

De las experiencias vividas por los actores del sistema, sobre todo, el Ministerio Público y la Defensa Pública, por ser instituciones que acumulan la mayor cantidad de informaciones relacionadas a los procesos judiciales, pudieran extraerse de sus estadísticas, la respuesta, en parte, a la pregunta de si la justicia virtual es lenta.

Para determinar la lentitud o no de la Justicia Virtual, bien pudiera hacerse una breve comparación en el mismo lapso de tiempo del año 2019, con lo que va del 2020, razonablemente, en los meses de junio, julio y agosto, y para ello responder las siguientes preguntas:

¿Cuántas audiencias preliminares fueron conocidas? ¿Cuántos juicios de fondo se iniciaron, y cuántos fueron concluidos? ¿Cuántos recursos de apelación se conocieron y cuántos fallados?

En lo que respecta al que suscribe, con la mitad de los casos que lleva hoy, en los meses anunciados, entre audiencias preliminares y de fondo, conoció 27. En el mismo tiempo, en lo que va de Justicia Virtual, ha conocido 2 audiencias de fondo y ninguna preliminar.

En lo referente a las solicitudes, y para dar paso a la respuesta inicial, como hecho relevante, en 6 casos de gran notoriedad, y en los cuales figuraba un menor de edad, dos personas duraron 49 días detenidos, y cuatro permanecieron 18 en una celda fría y maloliente, esperando que un tribunal conociera de las solicitudes de Medidas de Coerción que el Ministerio Público depositó en tiempo hábil, pero que por fallas del sistema o plataforma virtual del Poder Judicial, destinado a tales fines, llegaron con la tardanza señalada, lo cual conllevó no solo a la violación de disposiciones constitucionales (plazo 48 horas) dispuestas por los juzgadores que conocieron de las solicitudes, sino también, si fuera el caso, a la desprotección de las víctimas y a la destrucción de las pruebas.

Los anteriores pueden verse como hechos aislados, igual que solicitudes de Certificación de no Apelación hechas hace más de un mes y aún no han sido respondidas, o de interposiciones de Prontos Despachos, cuyo objetivo es lograr respuestas en menos 24 horas, requeridas hace semanas, pero todavía, presuntamente no han llegado su destino.


Es así que si acuñamos la frase de la Dra. Hilda Kogan, vicepresidenta de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, “la justicia lenta no es justicia”, y diéramos como hechos ciertos, tales son lo denunciados anteriormente, podemos colegir que la Justicia Virtual es lenta y por tanto no es justicia.

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