Diagnostico: la relación del Derecho con la Medicina y la Filosofía con la Ciencia.

Diagnosticar es la capacidad de examinar un hecho, una cosa o una situación para analizarlo o buscarle una solución. Por ello hablar de amor al conocimiento, la esencia de las cosas, las causas y efectos de los acontecimientos que produce la naturaleza y el universo: se procura ofrecer un diagnostico filosófico que se relaciona con el estudio de la filosofía. Conocimientos objetivos, obtenidos mediantes métodos y experimentación; puede considerarse un examen relacionado con la definición de ciencia. Así, mientras la filosofía es especulativa, la ciencia a secas debe ser objetiva y verificable. La filosofía deberá enfocar sus estudios partiendo de la Ontología, la ciencia tiene una finalidad Deontológica.

Lo anterior permite hacer un examen reflexivo sobre el Derecho y la Medicina, ya que ambas son consideradas ciencias de primer orden para las sociedades actuales, por ello podríamos hablar de una relación entre ambas que incide de manera importante en la vida, desarrollo y convivencia de los seres humanos. Así el derecho es una ciencia dúctil, adaptable a los cambios que se produce en la sociedad, interactuando con otras disciplinas científicas con la finalidad de solucionar los conflictos suscitados entre los seres humanos.

La medicina de su parte evoluciona en la medida que se dan nuevos descubrimientos científicos, enfermedades, cambios en los seres humanos, los cuales afectan a la sociedad, por ende a los seres humanos, procurando cada día solucionar esos desafíos científicos. El derecho tiene como estandarte de lucha, procurar una sociedad cada vez menos conflictiva, para ello se vale de constituciones, leyes, reglamentos; que conforman un ordenamiento jurídico, es decir, el derecho tiene como finalidad lograr que los seres humanos obtengan un mayor grado de felicidad individual, sin afectar la felicidad de los demás. En cierto grado el Derecho es filosófico, según la denotación que ha sufrido el término Filosofía a través del tiempo.

La medicina al parecer sería más científica que filosófica, dado que el lineamiento filosófico se constituye en elucubraciones utópicas a veces improbables, por el contrario la ciencia en lo palpable y posible de alcanzar. Por ello la medicina procura lograr una sociedad más sana desde el punto de vista físico y mental, la hace mas realizable que el derecho, el cual busca una sociedad más sana desde el punto de vista emocional, aunque entre lo físico y lo emocional haya una relación estrecha, no siempre se logran por los mismos medios. Así la medicina con sus hospitales, el derecho con sus cárceles, parecerían que tienen un propósito común, una sociedad más saludable.

El problema surge cuando desde la medicina se realizan acciones tendentes no a sanar la sociedad con los avances médicos más importante, sino, a procurar el lucro de los profesionales o empresarios de la medicina. Desde el punto de vista de las pretensiones de las ciencias, una aptitud en procura de hacer fortuna con las ciencias medicas, es tan nefasta, como las pretensiones de hacer fortuna con las propuestas de leyes inaplicables que en ocasiones propone el derecho.

Finalmente llega un punto en donde tanto el Derecho, como la Medicina, unen sus pretensiones para una finalidad común, la prevención. Éste elemento en el Derecho es decisivo para una sociedad más justa, ordenada y segura. De igual manera en la Medicina este factor es determinante para una sociedad más sana. Si uniéramos ambas ciencias en el punto de la prevención tendríamos sociedades más sanas emocional y físicamente, dado que la proliferación de hospitales es un síntoma de enfermedad de las personas, como la proliferación de leyes es un síntoma de enfermedad de la sociedad.

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