Deberes fundamentales en la Constitución dominicana

La Constitución dominicana de 2010 ha establecido un amplio catálogo de derechos, deberes y garantías. En ese sentido, se destinó el capítulo IV a los deberes fundamentales.

Estos deberes están descritos en el artículo 75, estableciendo que: “Los derechos fundamentales reconocidos en esta Constitución determinan la existencia de un orden de responsabilidad jurídica y moral, que obliga la conducta del hombre y la mujer en sociedad”.

En el artículo in comento, se listan doce (12) deberes fundamentales los cuales están vinculados con los derechos de ciudadanía establecidos en el artículo 22 de la Ley Sustantiva, y constituyen parámetros de actuación de las personas y obligaciones tanto en el ámbito individual como colectivo.

En este contexto, hay que destacar que los deberes son la otra cara de la moneda de los derechos, de manera que la exigencia de los derechos esta estrechamente vinculada con el cumplimiento de los deberes ciudadanos.

En ese orden de ideas, en la Constitución y leyes adjetivas se han establecidos mecanismos de participación, para que la población se erija en la mano de obra que participar de manera activa en la construcción del proyecto de nación, que anhelamos y deseamos legarles a las futuras generaciones. Para logra esta aspiración de los asambleístas de 2010, se requiere una participación entusiasta de los ciudadanos. La idea es que todos aportemos un granito de arena, desde los diferentes ámbitos donde nos encontremos para construir un mejor país.

En síntesis, todos debemos estar comprometido que legarle un mejor país a las futuras generaciones, pero para hacer operativo en el plano material este anhelo y contribuir a la operatividad de la cláusula del Estado Social y Democrático, debemos participar de manera más actividad en la formulación, ejecución y evaluación de las políticas públicas y ejercer la fiscalización y control de los fondos públicos, a través de los diferentes mecanismos de participación que hay en la Constitución y las leyes.

En ese tenor, hay que recordar son los pueblos con su accionar que contribuyen a consolidar la institucionalidad y mejorar la calidad de la democracia. Para esto, hay que dejar de ser habitantes, y convertirse en ciudadanos proactivos que participan en la formulación, ejecución e implementación de las políticas. Además, debemos contribuir con la implementación de una cultura exigencia de los derechos y cumplimiento de los deberes.

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