AVANCE INSTITUCIONAL: DE LA E.N.J. A LA J.C.E.

La Escuela Nacional de la Judicatura (en o adelante ENJ) forma dos de los actores del sistema de justicia dominicano-Jueces y Defensores Públicos-,quienes conocen la recia formación que exige esa institución a sus egresados conoce la presunción “Juris tantum” de capacidad y compromiso ético con las funciones que asumen quienes logran superar los programas de capacitación y formación que sigue la ENJ, dado que hasta prueba en contrario son profesiones con una formación profunda en deontología jurídica, humana y social. De ahí que el hecho de que miembro del sistema de justicia dominicano, sea defensor público o juez de paz haya egresado de esa prestigiosa escuela, hace presumir su compromiso con los mejores intereses para el avance de la institucionalidad del país.

Esta aseveración no es casual, el sistema de justicia dominicano a pesar de las críticas a la cual me sumo debido a deficiencias arrastradas durante muchos años, también tiene en su haber loable logros, especialmente en lo concerniente a la capacidad de los jueces para decidir de manera eficaz y un compromiso ético con la función que tienen la mayoría de ellos, haciendo énfasis en aquellos que han egresado de la ENJ.


La presentación de un egresado de la Escuela Nacional de la Judicatura, postulado para formar parte de la Junta Central Electoral, inmediatamente anima a quienes conocen la ENJ a verificar la trayectoria y hoja de vida del aspirante, ya que los ciudadanos interesado en el avance de las instituciones democráticas deben ser vigilantes de las condiciones que debe reunir cualquier miembro de la Junta Central Electoral, institución sobre la cual descansa nuestra débil democracia. Por eso conocer lo que dice el artículo 80 numeral 4 de la Constitución Dominicana sobre las atribuciones del Senado de la República para elegir los miembros de la Junta Central Electoral y sus Suplentes.

Así como el articulo 212 en su párrafo 1 del mismo texto constitucional, el cual sostiene que los miembros de la Junta Central Electoral son elegido por un periodo de cuatro años, es un deber de cada ciudadano conocer, supervisar y vigilar la elección que en estos momentos está encaminando el Senado de la República.


En ese escenario el Magistrado Juez Joan Eduardo Rodríguez Cruz ha sido propuesto por varias instituciones y grupos para formar parte de los miembros de la Junta Central Electoral que ha de arbitrar los próximos comicios del año 2024.

Habiendo sido egresado del programa de aspirantes a Jueces de Paz de la Escuela Nacional de la Judicatura y desempeñando funciones de Juez de Paz y de la Instrucción en varios distrito judiciales de la República Dominicana, es un joven que reúne tres condiciones indispensables que exige la sociedad tenga en su haber los nuevos miembros de la Junta Central Electoral para que la democracia dominicana y sus instituciones sigan avanzando: La primera, el deseo improrrogable de que los miembros de la Junta Central Electoral que ha de elegir el Senado de la República no tenga vinculación con los partidos políticos, necesario es aclarar en este punto que no es necesario que sean apolítico, lo que se necesita a la no vinculación con partidos políticos. Segundo, idoneidad para desempeñar un cargo de tan alta responsabilidad y compromiso ético con la función pública. Por tanto, basta hurgar en la vida pública y privada del Magistrado Joan Eduardo Rodríguez Cruz, y veremos que tiene los meritos académicos para desempeñar la función de miembro de la Junta Central Electoral con los conocimientos prácticos y teóricos que ameritan la función, su capacidad ética demostrada en cada una de las jurisdicciones donde ha prestado servicios jurisdiccionales. Tercero, no tiene vinculación alguna con partidos políticos, más bien podría ser catalogado de apolítico, lo que permite confiar en su objetividad a la hora de ejercer la función como miembro de la Junta Central Electoral en un certamen político.


Por último, siendo un joven capacitado, honesto y capaz por presunción Juris tantum, tiene las condiciones necesarias para ser evaluado y tomado en cuenta para ser miembro de la J.C.E. si lo que se quiere es transparencia y avance institucional. De la E.N.J. a la J.C. E. es un avance institucional que debemos aprovechar.

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